Sebastião Salgado: el 46% de la naturaleza sigue como “en el día del Génesis”

Con 70 años de edad y 40 de carrera, el fotógrafo Sebastião Salgado no piensa en jubilarse. “Es como andar en bici. Si dejamos de pedalear, nos caemos”, dice acerca de la carrera. Con un nuevo proyecto, “Genesis”, él y su esposa, Lélia Salgado, recorrieron varios países para exhibir una serie de fotografías que tratan de la conservación de la naturaleza y de la relación del hombre con el mundo mineral, vegetal y animal.

El martes (2), Salgado participó en el programa de televisión “Espaço Público”, de TV Brasil, y habló sobre los nuevos caminos de su carrera, que pasó de los personajes de diversos conflictos humanos a la génesis del mundo. Una buena noticia, dice, es que el 46% del planeta “sigue siendo igual que el día del Génesis”.

Salgado explica que se necesita tiempo para fotografiar. “Hay un tiempo que esperar para que las cosas sucedan y hay un tiempo para obtener la imagen. De hecho, uno no hace la fotografía solo. Personas, animales, paisajes, ellos le dan la imagen a uno, y uno la obtiene”.

La exposición, que se encuentra en Brasilia, en el Centro Cultural Banco do Brasil, presenta 245 fotografías de 32 viajes a diferentes lugares.

A continuación se presentan las principales citas de la entrevista.

Espaço Público: Usted ha viajado a más de 30 países para mostrar puntos intocables de nuestro planeta. Tras recurrir estos países, ¿usted considera que el planeta todavía puede salvarse?

Sebastião Salgado: El planeta, no tengo ninguna duda, se salvará. Puede que nosotros no nos salvemos. Estamos llevando nuestra posibilidad de subsistencia en el planeta hacia el límite. Creo que es una gran responsabilidad nuestra, de nuestra especie, y no solo en Brasil, sino en todo el planeta. Estamos abusando del planeta. Hoy en día hay un calentamiento real, más que comprobado, en gran parte causado por el comportamiento humano respecto al planeta. Sin embargo, el planeta podrá recuperarse después de nosotros, no cabe duda.

Espaço Público: Usted ha trabajado siempre con situaciones extremas y ahora decidió fotografiar la naturaleza virgen. ¿Por qué este cambio de perspectiva?

Sebastião Salgado: Es una muy buena noticia la de que todavía tenemos casi la mitad del planeta considerada virgen. No que el hombre no haya estado allí, pero tenemos cerca del 46% que sigue siendo como en el día del Génesis. Pero yo cambié [de perspectiva] debido a un proyecto que se inició en el Vale do Rio Doce, en Minas Gerais, Brasil. Empezamos, a finales de los años 90, la recuperación de una tierra completamente degradada, que había sido la finca de mis padres. La región tenía más del 50% de cubierta forestal cuando yo era un niño y, cuando recibimos la tierra de mi familia, había menos del 0,5% de cubierta forestal; no solo en la tierra de mis padres, sino en todo el valle. El valle, en pocos años, fue completamente destruido. Y fíjese que es un valle considerable, tiene el tamaño de Portugal. Tomamos esta decisión, idea de mi mujer, de reforestar aquella tierra. No fue una idea de militancia ecológica, fue una idea que surgió. Vamos a rehacer esta floresta, rehacer el paraíso que existía aquí. Hoy tenemos más de 2 millones de árboles replantados.

Espaço Público: Usted va a lugares distantes y lo que vemos es que conoce a seres humanos absolutamente diferentes de nosotros. ¿Cómo es volver a nuestro mundo después de estas experiencias, que creo que son las experiencias más completas que puede tener un ser humano?

Sebastião Salgado: Déjeme decirle, lo mejor es hablar como es esta ida. Cuando uno llega a una comunidad como esta, llega a una comunidad de humanos, llega a una comunidad suya. Descubrí en estos viajes que somos mucho más viejos de lo que pensamos. Estamos muy cerca de estas comunidades y todo lo que es importante y esencial para nosotros, es importante para estas comunidades. Tras dos, tres días viviendo en estas comunidades, son su casa también. La relación comunitaria es la misma que la nuestra. La solidaridad es la misma que la nuestra. El amor, el odio, las relaciones son igualitas. Tal vez yo podría decir que la diferencia es que los pueblos que visité están, algunos, 10 mil años lejos de hoy, pero en 10 mil años no hemos cambiado absolutamente nada. Así que, cuando vuelvo, me muevo de mi casa a mi casa, no hay una gran diferencia. Honestamente no.

Espaço Público: ¿Cómo es la visión de un fotógrafo después de 30 años de ocupación? Usted parece siempre entusiasmado, siempre con proyectos.

Sebastião Salgado: Es como andar en bici. Si dejamos de pedalear, nos caemos. Tenemos que seguir. Realmente, yo antes creía que podría trabajar unos tantos años y entonces parar. Hoy, con 70 años, estoy empezando un proyecto nuevo. Creo que es muy importante en la vida que nos pongamos metas por delante, para que nuestro futuro no camine por detrás.

Espaço Público: Características clave de su trabajo son la complicidad y el envolvimiento que sus fotos demuestran con las personas fotografiadas. ¿Cómo establecer esta complicidad y cómo la cámara fotográfica influye en su relación con las personas?

Sebastião Salgado: Este tipo de fotografía que hago es una forma de vida. A menudo, la gente decía que yo era un fotógrafo militante, un fotógrafo economista, un fotógrafo antropólogo. No soy ninguno de ellos. Fotografía para mí es una forma de vida, es mi vida. Así que fotografié con mi ideología, con mi cultura brasileña, con mis luces del Vale do Rio Doce, que las llevo conmigo y me las llevé toda la vida. Se necesita un tiempo para fotografiar. Vivimos en una sociedad actual que es muy rápida, muy acelerada. Siempre estamos pendientes de tiempo. Ya no tenemos tiempo suficiente para hacer lo que tenemos que hacer, pero la fotografía no es así. Hay un tiempo para fotografiar. Y este tiempo para fotografiar es el tiempo para comprender, para relacionarse con las personas, es el tiempo para transformar aquel fenómeno que se está viviendo. Uno debe conocer a las personas para tener el permiso de fotografiarlas. Hay un tiempo que esperar para que las cosas sucedan y hay un tiempo para obtener la imagen. De hecho, uno no hace la fotografía solo. Personas, animales, paisajes, ellos le dan la imagen a uno, y uno la obtiene.

Traducción: Leonardo Vieira