Vecinos preocupados por la mayor mina de oro del mundo
Los residentes de la pequeña ciudad de Paracatu, conocida como la “Ciudad del Oro” por acoger la mayor mina de oro de Brasil y la más grande a cielo abierto del mundo, están atemorizados ante el crecimiento de la actividad en el local. La minería, liderada por la empresa canadiense Kinross Gold Corporation, es la principal actividad generadora de empleo e ingresos en la región, pero la proximidad entre la mina y la ciudad, así como la posibilidad de envenenamiento por metales pesados liberados durante la extracción de oro, preocupan a la población.
En 2006, la empresa minera empezó un proyecto de expansión para aumentar de 5 a 15 toneladas anuales la capacidad de producción de la mina en el lugar llamado Morro do Ouro. El proyecto también extendió en más de 30 años la vida útil de la mina. Las actividades exigieron aún la creación de una nueva presa para volcar los residuos sobrantes del proceso de separación del oro.
Uno de los barrios directamente afectados por la expansión es Alto da Colina. En el lugar, se pueden ver postes de luz y árboles frutales donde antes había calles y casas. Los terrenos fueron comprados por Kinross y cerrados. En ellos, señales dicen “propiedad privada”.
La dueña de casa Cleonice Magalhães, de 33 años, recibió una propuesta para vender su propiedad, pero se mantuvo en el barrio. “Muchas cosas han cambiado por aquí. Solíamos tener muchos vecinos. El barrio era tranquilo, sin ruidos. He oído historias de gente que se quedó enferma a causa de la minería. El polvo en el barrio es de color gris oscuro y tiene un mal olor. Además, todos los días, por la tarde, hay la detonación programada [explosiones controladas realizadas por la empresa minera para romper la roca], que sacude todo”, dijo ella, que vive en el local con su esposo y dos hijos.
En el barrio de Amoreiras 2, también al lado de la mina, los residentes también muestran preocupación, como la jubilada Ermelinda Pereira da Silva, de 66 años, que se trasladó al lugar hace siete años, cuando vendió a la misma Kinross la casa en la que vivía en otra región de Paracatu. “Salí, pero sigo siendo vecina de la minera. Es polvoriento y ruidoso. La casa vive llena de grietas causadas por las detonaciones. Y lo malo de todo esto es que el oro no se queda aquí. Se exporta”, se quejó.
Incluso en el centro histórico de la ciudad, más lejos de la mina, se puede sentir los temblores causados por la minería. El geólogo y director de la Fundación Acangaú, Márcio José dos Santos, vive en Paracatu hace 26 años y critica el hecho de que las actividades de la empresa se produzcan tan cerca de la ciudad.
“El proyecto de extracción, en un principio, era corto, de 15 años, pero la empresa vino con un plan de expansión”, cuenta. El geólogo destacó que la región vive largos períodos de sequía y que el polvo cargado de metales pesados es peligroso para la salud, especialmente para los que viven en los barrios periféricos, más cerca de la mina. “Cuando se inicia un proceso de contaminación (en el organismo), es muy difícil de revertir. La tendencia es la acumulación”, dijo.
La secretaria de Salud de Paracatu, Nádia Maria Franco, dijo que, en 2013, la alcaldía publicó un estudio que garantizaba que la población estaba libre de cualquier tipo de intoxicación, incluso por el arsénico, elemento liberado en la minería de oro a cielo abierto. Se tomaron muestras de orina, sangre y cabello de los habitantes. También se hizo un análisis del agua consumida por la población. La secretaria admite, sin embargo, que se preocupa por la proximidad entre la empresa minera y la ciudad, y aboga por un constante monitoreo de las actividades y de la salud de los residentes. “Es prudente hacer este tipo de estudio cada cuatro o cinco años. La población no tiene por qué alarmarse por el arsénico. Mitos y rumores son muy difíciles de desmitificar, pero el estudio está disponible para quien quiera ver”.
La Kinross Gold Corporation, a su vez, dijo que también hizo un estudio que demuestra que no hay peligro de intoxicación a la población de Paracatu. Además de exámenes de orina, sangre, cabello y del agua, la compañía también afirma haber analizado la calidad del polvo en las regiones cercanas a la mina. En todos los casos, la concentración de arsénico fue considerada por debajo del nivel permitido por la Organización Mundial de la Salud.
Traducción: Leonardo Vieira
Fonte: Vecinos preocupados por la mayor mina de oro del mundo