Procesión de la Antorcha reúne a miles de fieles en Goiás

A la medianoche del Miércoles al Jueves Santo, el toque de la fanfarria dejó a todos en estado de alerta en Cidade de Goiás, que pertenece al estado homónimo: se iniciaba la Procesión de la Antorcha. Se apagaron las luces de la ciudad y el fuego iluminó un verdadero espectáculo al aire libre.

Cuarenta farricocos, personajes vestidos con túnicas coloreadas y capirotes, en representación de los soldados romanos, se concentraron frente a la Iglesia de Nuestra Señora de la Buena Muerte en la plaza principal de la ciudad. Acompañados por la multitud, fueron en busca de Jesucristo.

Descalzos en las calles de piedra, los farricocos se dirigieron a la escalera de la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, que simboliza el lugar donde se estaría realizando la última cena, pero Jesús no estaba allí.

Los fieles luego marchan hacia la iglesia de San Francisco de Paula, que simboliza el Monte de los Olivos descrito en la Biblia. En el lugar, al sonido de un clarín, se decretó el arresto de Jesús, representado por un estandarte de lino pintado por el artista plástico Veiga Valle.

La Procesión de la Antorcha se hace desde 1745 en Cidade de Goiás. La profesora jubilada Leila Faria de Souza, quien vive en la capital Goiânia, asistió por primera vez y se sorprendió. “¡Me encantó! Nací en Minas Gerais, vivo hace 37 años en el estado de Goiás y todo este tiempo he querido participar. Afortunadamente, pude venir este año”, celebró.

El profesor de História José Otávio de Arruda salió de João Pessoa, capital del estado de Paraíba, y se impresionó por las actuaciones. “Me atrajo la manifestación de fe y del sentimiento colectivo que la Procesión de la Antorcha representa, y quiero volver otras veces.”

Según el funcionario João Conceicão da Silva, que juega de farricoco desde hace 32 años, la emoción es siempre la misma. “Es mucha emoción. Me pongo la piel de gallina al participar de ese momento”, dijo.

El evento histórico atrae a gente de diferentes partes de Brasil a la ciudad, que cuenta con arquitectura colonial y es reconocida Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). La tradición, que nació en España y Portugal, fue llevada a Goiás por el sacerdote español João Perestelo Espíndola. El ritual representaba la penitencia y la condena pública de los pecadores; después, pasó a recordar la agonía y el arresto de Cristo en el Monte de los Olivos.

De acuerdo con la Secretaría de Cultura local, la procesión es uno de los eventos que más fomentan la economía y el turismo en la ciudad, superada solo por el Festival Internacional de Cine y Video Ambiental.

Traducción: Leonardo Vieira