logo Agência Brasil
General

Mercado de carbono permite a los más ricos contaminar, dicen ambientalistas

Los críticos también afirman que los caminos para reducir emisiones de
Flávia Villela – Reportera de Agência Brasil
Publicado en 12/11/2016 - 10:52
Río de Janeiro
Poluição
© Agência Brasil/Arquivo
logomrca da Cop 22

Logotipo Cop22Cop22


El mercado de carbono, uno de los temas centrales de la 22.ª edición de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 22), que tiene lugar entre los días 7 y 18 de noviembre en Marrakech (Marruecos), se convirtió en el pilar de los esfuerzos internacionales para promover la reducción de emisiones de CO². Un grupo de académicos, ambientalistas y activistas sociales viene cuestionando la sobrevaloración que líderes mundiales dan a la precificación del carbono como solución a los problemas del calentamiento global.

En Brasil, representantes de comunidades ubicadas en regiones ricas en recursos naturales relatan sufrir el acoso de empresas dedicadas a actividades económicas forestales.

Manuel Edvaldo Santos Matos, presidente del Sindicato de Trabajadores Rurales de Santarém, en el estado de Pará, dijo que las redes de comunidades indígenas, campesinos y pueblos tradicionales vienen resistiendo a la realización de proyectos de comercio de créditos de carbono forestales en la Unidad de Conservación Tapajós-Arapiuns, que cuenta con más de 640 mil hectáreas de bosque. Un proyecto que articulaba el Instituto Chico Mendes de Conservación de la Biodiversidad (ICMBio) con el Ministerio de Medio Ambiente y organizaciones internacionales de manejo y conservación de bosques y financiación de negocios sostenibles se suspendió después de que indios ocuparon la sede del instituto en Santarém, en agosto de 2015.

En aquel entonces, el proyecto ya contaba con una inversión inicial de US$ 118,6 mil del sector privado, dijo Matos. “El dinero no iría directamente a las comunidades, sino a las arcas del gobierno, y no tendríamos el control de su destino. Pero no ha terminado. Están regresando a esta discusión”, lamentó. “Las comunidades temen que se les prohíba la realización de actividades productivas de gestión de recursos naturales, plantar yuca, maíz y otros cultivos de subsistencia. Lo que necesitamos es la regularización de la tierra para poner fin a los conflictos, para tener acceso a salud, educación, asistencia técnica y a políticas que nos permitan vivir de nuestra producción”, dijo.

El ICMBio informó que “nunca hubo cualquier proyecto de generación de créditos de carbono. Tan solo se inició una discusión con las comunidad sobre el tema, que no siguió adelante por varias razones”.

Para Lourdes Cardozo Laureano, trabajadora rural de la ciudad de Turmalina, en Minas Gerais, la biodiversidad y el conocimiento no pueden tener un precio. “Vemos que hay una disputa por la biodiversidad del Cerrado, que es muy rica, así como por nuestro conocimiento, estrechamente vinculado con el patrimonio genético. Sospechamos de esa economía verde, que prioriza el dinero, el valor de mercado”, dijo. “Tratamos la salud de la comunidad con plantas y raíces del Cerrado. Conocemos el perfil de salud y enfermedad de las familias, la mujer que tuvo un parto difícil, la que contrajo una enfermedad de su marido, la familia que tiene dificultades con la seguridad alimentaria etc. Ese conocimiento y el uso sostenible de la naturaleza no tienen precio, por lo que son muy valiosos”, dijo.

El Cerrado es el segundo más grande bioma suramericano y ocupa una superficie de 2.036.448 km2, aproximadamente el 22% del territorio brasileño. En él están las cabeceras de las tres más grandes cuencas hidrográficas de la región: Amazonas/Tocantins, San Francisco y Plata.

Poluição,meio ambiente, gases

El mercado de carbono es uno de los temas centrales de la 22.ª edición de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Agência Brasil

Métrica del carbono

La valoración del medio ambiente con mecanismos tradicionales del mercado fue el tema de una conferencia promovida por la alemana Fundación Heinrich Böll Brasil, en Río de Janeiro, a finales de octubre. Los ponentes sostuvieron que la lógica de la economía verde, basada en la métrica del carbono, causa más daño que beneficio al medio ambiente y a los ciudadanos del planeta.

El investigador alemán Thomas Fatheuer, coautor del libro Crítica a la economía verde, dijo en el encuentro que los métodos utilizados para reducción de emisiones no han logrado, hasta ahora, detener la contaminación y la destrucción de las florestas. “Incluso están impulsando el uso de tecnologías peligrosas y nocivas, como la energía nuclear, con el argumento de que emiten menos carbono. Un estudio reciente muestra que más del 60% de la producción mundial de aceite de palma se está quemando como combustible. Florestas en Indonesia se queman para reducir las emisiones en Europa”, dijo.

“Los caminos para reducir las emisiones de CO² están siendo fijados por el mercado, no por los ciudadanos. Este es el principal defecto de la economía verde”, dijo Fatheuer. Una de las soluciones al problema, sostuvo el investigador, es la apertura de espacios políticos, para que ciudadanos eviten violaciones y distorsiones causadas por la avaricia corporativa, y la mayor democratización de la riqueza, para que la economía vuelva a servir al ser humano, y no al revés.

Camila Moreno, investigadora de la Universidad Federal Rural de Río de Janeiro y coautora del libro La medición del carbono: Abstracciones del mundo y epistemicidio ecológico, subrayó que, en los últimos años, se ha construido un discurso que terminó por justificar y naturalizar la métrica del carbono en mundo.

“La métrica del carbono es una ficción simplificadora y despolitizante. Ella niega las distintas formas de conocimiento que dan sentido a la existencia de los pueblos y culturas del mundo. La racionalidad científica aísla las contradicciones en las diversas partes del mundo, de los ecosistemas, de las cadenas alimentarias, de las relaciones sociales, religiosas y de poder. Aísla todo en un ambiente aséptico”, dijo Camila, defendiendo que la ciencia no está libre de ideologías.

También según la investigadora, es necesario discutir esa teoría simplista que entiende la naturaleza como una máquina. “Sabemos cómo la ciencia es producida, financiada y controvertida. La ciencia es el vértice a partir del cual se ejerce hoy el poder real en la sociedad”, agregó.

Monocultivos

Otro aspecto negativo de ese mercado, según los grupos críticos de la economía verde, es la expansión de los monocultivos. El agrónomo Luiz Zarref, uno de los coordinadores del Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra (MST), lamentó la cantidad de tierra ocupada por árboles de crecimiento rápido, como el eucalipto genéticamente modificado, que destruyen miles de hectáreas debido al gran volumen de agua que retiran del suelo.

Zarref dice que los principales movimientos sociales del campo entienden que la agroecología, es decir, la agricultura desde la perspectiva de un ecosistema sostenible, es la única posibilidad de reproducción del campesinado y de producción de alimentos a gran escala. “Tenemos que garantizar la soberanía alimentaria: lo que queremos producir, donde y cuando. Necesitamos una reforma agraria y alimentos saludables para las ciudades.”

La plantación de árboles exóticos, como el eucalipto, según el Ministerio de Medio Ambiente, secuestra el dióxido de carbono de la atmósfera y suministra carbón vegetal renovable y neutro en carbono.

Everton Lucero, secretario de Cambio Climático y Calidad Ambiental del Ministerio de Medio Ambiente, informó que el gobierno quiere fomentar esa actividad económica en el país. “Es un sector que valora los recursos naturales y la floresta, y que tiene gran potencial para contribuir al logro de los objetivos de reducción de carbono hasta 2025 y 2030”, dijo. “Las empresas que trabajan en este sector están estructuradas con ciclos largos de cultivo y organizan la plantación teniendo en cuenta las áreas de conservación, corredores ecológicos y el mantenimiento de la vegetación nativa.”

Lucero cree que el modelo de desarrollo debe cambiar, pero una economía baja en carbono solo se logrará en el largo plazo. “Así que necesitamos una estrategia que valore los recursos ambientales y fomente el uso de energías renovables para sustituir a los combustibles fósiles”, dijo.

Poluição

El investigador alemán Thomas Fatheuer dijo en el encuentro que los métodos utilizados para reducción de emisiones no han logrado, hasta ahora, detener la contaminación y la destrucción de las florestas.Agência Brasil

Forma y contenido

Según Carlos Hittl, secretario ejecutivo del Observatorio del Clima, la métrica del carbono viene siendo muy útil como indicador y diagnóstico del problema. “Analizamos la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera a partir de la métrica de carbono. Del mismo modo que las muestras de hielo en la Antártida nos permiten recurrir la historia de cientos de miles de años de la concentración de estos gases en la masa de hielo, la métrica del carbono nos permite decir que, al menos en 4 millones de años, nunca ha habido tanto carbono en la atmósfera como hoy”, dijo.

“Los patrones de producción y consumo actuales necesitan cambiar. Desgraciadamente, no cambiaremos las bases del capitalismo con todos sus efectos perversos a tiempo de resolver el problema del cambio climático. Tenemos seis años y dos tercios de posibilidad de limitar el calentamiento global a 1,5 grados. Necesitamos cambiar drásticamente esa trayectoria”, afirmó Hittl.

El director ejecutivo del Instituto de Investigación Ambiental de la Amazonia, André Guimarães, sostuvo que el hecho de que hay malos proyectos no invalida la idea original de comercializar créditos de carbono. “Tenemos que separar la forma del contenido. La forma realmente debe ser mejorada, transparente, no debe ser un proyecto impuesto desde arriba hacia abajo”, dijo. “Hay que combatir el mal uso del dinero, la apropiación de derechos de los pueblos tradicionales, pero cuesta dinero conservar las florestas y el desarrollo sostenible. Si la forma está equivocada, mejoremos la forma, pero no dejemos de invertir.”

La presidenta del Panel Brasileño de Cambio Climático, Suzana Kahn, cree que el mercado de carbono puede ser muy útil si no prioriza solo la reducción de carbono. “Es interesante hacer más caro el proceso de producción que utilice carbono, pero es necesario crear una serie de condiciones, determinando los proyectos elegibles para entrar en el mercado y mecanismos de control eficaces”, dijo.

El único consenso aparente es que justicia social y democracia fuerte son los caminos más seguros para el desarrollo sostenible. “Si no mejoramos nuestra democracia, con una reforma política integral, seguiremos discutiendo, debatiendo, todos perderán, y los que siempre ganaron con la explotación depredadora de los recursos naturales seguirán ganando”, señaló Carlos Hittl.


Traducción: Leonardo Vieira


Fonte: Mercado de carbono permite a los más ricos contaminar, dicen ambientalistas