Brasil extingue reserva de cobre en área con unidades de preservación

El presidente Michel Temer extinguió el miércoles (23) la Reserva Nacional del Cobre y Asociados (Renca), creada en 1984 por el gobierno de João Figueiredo, último presidente del período militar. En la época, fue definida la protección del área de 47 mil km2, incrustada en una región entre los estados de Pará y de Amapá, en la región Amazónica.

Desde entonces, la investigación mineral y la actividad económica en el área pasaron a ser de responsabilidad de la Compañía Brasileña de Recursos Minerales (CPRM, el servicio geológico brasileño) o de empresas autorizadas por la compañía. Además de cobre, estudios geológicos apuntan la presencia de oro, manganeso, hierro y otros minerales en el área.

El decreto que extinguió el área no alejó la aplicación de legislación específica sobre protección de la vegetación nativa, unidades de conservación de la naturaleza, tierras indígenas y áreas en franja de frontera. Actualmente, siete unidades de conservación están presentes en la reserva –tres de protección integral y cuatro de uso sustentable– y dos tierras indígenas (Río Paru d'Este y Waiãpi).

En el caso de las tierras indígenas, la explotación de recursos depende de la aprobación del Congreso Nacional, que, por ley, deberá oír a las comunidades tradicionales del local afectado. A su vez, el Sistema Nacional de Unidades de Conservación restringe cualquier actividad minera en unidades clasificadas como de protección integral y condiciona a un plan de manejo la realización de actividades de ese tipo en unidades de uso sustentable.

Según el director general del Departamento Nacional de Producción Mineral (DNPM), Victor Hugo Froner Bicca, la extinción de Renca “tiene un simbolismo muy grande, porque demuestra de forma inequívoca que el gobierno federal está dando atención a la minería”. Refiriéndose a Renca como “última frontera de potencial geológico aún considerable disponible en el mundo, hasta donde el conocimiento alcanza”, Bicca conmemoró la apertura para realización de estudios que puedan diagnosticar lo que existe en el área y cuál es el potencial de realización de la actividad extrativista. “Es un día histórico para el sector”, afirmó.

Reacción negativa

Ante la repercusión negativa de entidades ambientalistas a la extinción de Renca, el gobierno federal divulgó el jueves (24) una nota explicando que la decisión afecta la reserva mineral y no la ambiental.

Según la nota, el decreto tiene como objetivo “cohibir la explotación ilegal” y reponer al Estado como administrador de yacimientos minerales del área, que actualmente sufre con la existencia de garimpos clandestinos de oro.

“Renca no es un paraíso, como erróneamente algunos quieren hacer parecer. Hoy, desgraciadamente, territorios de la Renca original están sometidos a la degradación provocada por el garimpo clandestino de oro, que, además de espoliar las riquezas nacionales, destruye la naturaleza y contamina los cursos de agua con mercurio”, dice un fragmento de la nota divulgada por la Secretaría Especial de Comunicación Social de la Presidencia de la República.

*Con la colaboración de Ivan Richard Esposito

Traducción: Leonardo Vieira