Proyecto Pirata: 25 años de aportes científicos de nivel mundial
Suscrito por Brasil, Francia y Estados Unidos, el proyecto de cooperación internacional Red de Boyas Ancladas para Pronóstico e Investigación en el Atlántico Tropical (Pirata, por sus siglas en inglés) cumple este mes 25 años, con impacto en todo el mundo.
“Es una inversión que se extiende a todo el planeta porque estamos hablando de tiempo, de clima. La investigación contribuye al establecimiento de modelos de pronóstico, de procesos para cuidar bien los océanos”, explicó el ministro brasileño de Ciencia, Tecnología e Innovación (MCTI), Paulo Alvim, en entrevista con el programa A Voz do Brasil, el martes (10).
El Proyecto Pirata cuenta con 18 boyas repartidas por el Océano Atlántico, las cuales recopilan datos oceánicos y atmosféricos y permiten mejorar la definición de modelos para la predicción meteorológica y climática. De acuerdo con información del MCTI, los datos también contribuyen a las estimaciones de temperatura superficial del mar, optimizando el pronóstico de lluvias y huracanes. Ocho de las boyas están bajo la responsabilidad de Brasil.
“El programa contribuye al avance en la modelación matemática, en la modelación de cómo esto puede contribuir a la seguridad, y aquí hay un aspecto importante: cuando trabajamos con pronóstico estamos hablando de desastres naturales, de cómo podemos anticiparnos a este tipo de cosa, o sea, el impacto de Pirata es muy significativo”, dice el ministro.
Alvim destaca que Pirata amplía la capacidad de predecir fenómenos climáticos de gran impacto social y económico, como las sequías y el exceso de precipitaciones. También agrega a la capacidad brasileña de conocer y explorar, de forma sostenible, los recursos marinos en el Atlántico Tropical.
Cultura oceánica
Durante la entrevista, el ministro habló sobre el evento Diálogos de la Cultura Oceánica, que trata el tema en la ciudad de Santos (São Paulo), con la participación de varios países. “Es una asociación con la Universidad Federal de São Paulo que tiene la participación de distintas ONG, de la Unesco, y que se preocupa por la visión de la sociedad sobre las cuestiones del océano. Esto es parte de un contexto más amplio, que es la década de los océanos en la que estamos.”
Según Alvim, el mar es la nueva frontera del conocimiento. “Lo estamos logrando como una oportunidad de nuevos conocimientos que se despliegan en la posibilidad de generar riqueza. A veces solo pensamos en pescar, pero tenemos otros impactos que pueden significar mucho, por ejemplo en el área minera, en el área energética”, resaltó. “El mar puede ser una nueva fuente de oportunidades, de suministro de alimentos, de suministro de minerales, de suministro de energía.”