ONU apoya debate sobre explotación de brasileños en el exterior
La comunidad brasileña en el exterior, aproximadamente de 3 millones de personas esparcidas en unos 50 países, enfrenta muchas veces dificultades relacionadas con el tráfico de personas, explotación de mano de obra, violencia de género y problemas de salud mental.
Para mejorar la asistencia a los brasileños que pasan por situación de riesgo en el exterior, la Cancillería ha promovido esta semana en Brasilia, la 1ª Conferencia sobre Asistencia Consular: Tráfico de Personas, Violencia de Género y Problemas Relacionados, en cooperación con la Oficina de las Naciones Unidas contra la Drogas y el Délito (Unodc) y la Unión Europea.
De acuerdo con la directora del Departamento Consular y de Brasileños en el Exterior del Ministerio de Relaciones Exteriores, embajadora Luiza Lopes da Silva, los problemas son más recurrentes en nueve países de Europa, Estados Unidos, Canadá, Guyana Francesa, Guyana y Surinam, Japón, Australia y Líbano.
Trastornos
En América del Sur, los casos más graves comprenden tráfico de personas, explotación de trabajadores y violencia de género en el llamado Arco de las Guyanas como consecuencia de la explotación minera. "Tenemos al menos 30 mil mineros brasileños allí y por ellos vienen toda una comunidad brasileña para proveer servicios y comercio de todo tipo incluyendo prostitución", dijo la diplomática.
En Estados Unidos, con cerca de 1,1 millón de brasileños, la mayoría de los problemas que llega a los puestos consulares están relacionados a la violencia doméstica, siendo la mayoría de mujeres brasileñas casadas con extranjeros, ya la explotación de la mano de obra.
"La falta de dominio del idioma, la dificultad de acceder al mercado de trabajo, la dependencia financiera, la falta de red de apoyo y los choques culturales con la familia del cónyuge colocan en situación de vulnerabilidad a la mujer. Una vulnerabilidad adicional es en el caso de tener hijos menores, lo que impide el divorcio y el retorno a Brasil ", dice Luiza Lopes.
En los casos verificados de explotación en el trabajo, la situación inmigratoria irregular deja a muchos brasileños expuestos a situaciones sin garantías laborales y sin seguridad jurídica en el empleo
En Canadá, con una comunidad brasileña estimada entre 70 mil y 100 mil, los problemas de salud mental están entre los más verificados. Los trastornos psicológicos relacionados al aislamiento, al largo y riguroso invierno, a la dificultad de adaptación al nuevo país, se agravan por dificultades económicas y profesionales, cuando el inmigrante tiene que someterse a empleos de baja cualificación o informales. "El inmigrante pierde las referencias culturales y la red de apoyo de familia y amigos", destaca la embajadora.
En Europa, con aproximadamente 1 millón de brasileños, los casos registrados de tráfico de personas están relacionados a la explotación de la prostitución en su mayoría. En Francia y, sobre todo en Italia, la Cancillería identificó la explotación de transexuales y travestis en la industria del sexo. "La comunidad trans también es víctima de la violencia de género, y las redes de explotación son de brasileños", afirmó.
Japón
De acuerdo con la embajadora, los agentes consulares en Japón se ocupan principalmente con casos de salud mental, que comprenden el abuso de drogas y alcohol, y de violencia contra la mujer. La embajadora también destaca la ocurrencia de situaciones de abuso, maltrato y negligencia a menores.
El envejecimiento de la comunidad brasileña en el país asiático, estimada en 180 mil, trae un nuevo fenómeno que preocupa al Ministerio de Relaciones Exteriores: el abuso psicológico y financiero de ancianos brasileños por parte de las famílias. Hay relatos de negligencia en situaciones de enfermedad o dificultades relacionadas a la edad avanzada.
En Australia y Líbano, los problemas más recurrentes son los casos de violencia contra la mujer en matrimonios con cónyuges extranjeros, que pueden resultar en trastornos como ansiedad y depresión.
La embajadora recuerda que la primera generación que inmigra trata de problemas inesperados. "Pocas inmigran en condiciones ideales, en el empleo de los sueños. Enfrentan muchas dificultades e inseguridades, se someten a situaciones difíciles, a empleos informales con carga horaria pesada, sin seguridad jurídica, a maridos violentos que les hacen chantaje con el visado. Muchos inmigran sin saber nada de esto ", finaliza.