Estudio pide deforestación cero para cesar gases de efecto invernadero
Un estudio realizado por la Universidad de Oxford subraya el papel crucial de poner fin a la deforestación legal e ilegal, junto con importantes esfuerzos de reforestación, como medidas imperativas para que Brasil logre cero emisiones netas de gases de efecto invernadero para 2050, uno de los compromisos que el país asumió globalmente para hacer frente a la crisis climática.
Este compromiso, conocido como objetivo neto cero, requiere compensar todos los gases emitidos por los que el país puede absorber, principalmente a través de procesos naturales como los ecosistemas forestales. Gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono (CO²) y el metano (CH4) son los principales responsables del calentamiento global.
El estudio subraya que, en el contexto brasileño, soluciones arraigadas en la propia naturaleza resultan más eficaces que costosas intervenciones tecnológicas como la captura de carbono.
A pesar de la ventajosa matriz energética de Brasil, con un 87% procedente de opciones poco contaminantes como la biomasa, la energía hidroeléctrica, eólica y solar, el país es el sexto mayor emisor mundial, sólo por detrás de China, Estados Unidos, India, Rusia y Japón.
En Brasil, la principal fuente de emisiones no es la combustión directa de combustibles fósiles, sino más bien el uso del suelo, especialmente la deforestación. Investigaciones señalan que el uso del suelo representó el 46% de las emisiones de gases de efecto invernadero en 2020, y el 90% de estas se atribuyó a la deforestación. El sector agrícola ocupa el segundo lugar como mayor contribuyente, siendo responsable del 25% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero.
Aline Soterroni, investigadora brasileña del Departamento de Biología de la Universidad de Oxford, destacó: "A diferencia de la tendencia mundial, donde el 75% de las emisiones proceden del sector energético, en Brasil el 75% emanan de actividades asociadas al uso del suelo y la agricultura".
Deforestación legal
En este contexto, el estudio sostiene que, incluso con la aplicación adecuada del Código Forestal, la reducción potencial de las emisiones netas para 2050 sería solo del 38%. Esta limitación surge de la estimación del estudio de que la deforestación legal, respaldada por el Código Forestal, podría alcanzar las 32 millones de hectáreas en 2050, una superficie equivalente al tamaño del estado de Maranhão. Se prevé que casi la mitad (48%) de esta deforestación legal ocurra en el bioma del Cerrado.
Según Soterroni, "mitigar las emisiones en la agricultura y la energía plantea importantes retos. Por lo tanto, la vía más prometedora para Brasil se encuentra en el ámbito del sector del uso de la tierra".
El estudio propone una solución, calculada mediante modelos matemáticos, que propugna el cese total de la deforestación tanto legal como ilegal, junto con la reforestación de 35 millones de hectáreas. La adopción de esta estrategia permitiría alcanzar en un 62% el objetivo de emisiones cero.
Agricultura y ganadería
El estudio también evaluó el impacto potencial sobre la producción de carne de vacuno y soja en el escenario de un cese total de la deforestación, la adhesión al Código Forestal y la reforestación a gran escala. En particular, la investigación reveló que casi el 98% de las áreas deforestadas en Brasil entre 2019 y 2021 estaban directa o indirectamente vinculadas a la industria agropecuaria.
Basándose en proyecciones matemáticas, la aplicación de estas medidas podría traducirse en una disminución de entre el 8% y el 17% de la producción de carne de vacuno y entre el 3% y el 10% de la producción de soja de aquí a 2050. Aline Soterroni destaca que, a pesar de esta reducción modesta en la producción, los beneficios asociados, como los valiosos servicios ecosistémicos y la preservación de la biodiversidad, son cruciales para la adaptación y resiliencia al cambio climático. Soterroni sostiene que Brasil puede mantener sus actividades de producción y exportación mientras se adhiere a un enfoque de deforestación cero.
La científica brasileña subrayó la necesidad de aumentar la productividad, especialmente en la ganadería, donde prevalece el uso expansivo de la tierra para un número limitado de cabezas de ganado. Además de ser un factor que contribuye a la deforestación, la industria agropecuaria se enfrenta a la amenaza inminente de impactos sustanciales del cambio climático.
"La agricultura brasileña depende en gran medida de los servicios ecosistémicos de la naturaleza, y el 90% de las prácticas agrícolas son de secano, sin irrigación. Por lo tanto, preservar el equilibrio de los ecosistemas es crucial para la sostenibilidad futura de la agricultura brasileña. Para lograrlo, acabar con la deforestación se convierte estratégicamente en un imperativo, ya que no hay necesidad de deforestar para mantener la producción", explicó Soterroni.
La experta señaló que Brasil aún no ha incluido en los planes y la legislación nacionales el objetivo de lograr cero emisiones netas de gases de efecto invernadero para 2050. "Hace falta un plan con objetivos intermedios, con objetivos de emisiones para cada sector, y controlar esto con ambición", concluyó.