Brasil: Descontento hacia democracia pone en jaque al sistema político
Un reciente sondeo encontró que el 83% de los brasileños están poco o nada satisfechos con el actual sistema político del país. Para expertos consultados por Agência Brasil, el resultado muestra un descontento con las instituciones del Estado y refleja el impacto de los casos de corrupción recién investigados, además de poner en jaque a la democracia en Brasil.
En la opinión del profesor Vivaldo de Sousa, de Brasilia, turbulencias políticas como las que sacuden actualmente el país pueden minar la fuerza de la democracia. “Eso es preocupante, pues la democracia, aunque llena de fallas, es el mejor sistema político que existe”, dijo.
La encuesta preguntó qué sistema político prefieren los brasileños. Un 40% prefieren la democracia a otras formas de gobierno, mientras que el 15 creen que un gobierno autoritario puede ser aceptable bajo ciertas circunstancias.
El politólogo João Feres Junior, de Río de Janeiro, dijo que el enfoque de la cobertura política de hoy es esencialmente la corrupción. “Por lo tanto, no es ninguna sorpresa que las personas se muestren escépticas acerca de de la democracia y afirmen que la dictadura sería mejor. “Creo que es parte de la intensa campaña promovida por los medios de comunicación en los últimos años para socavar la legitimidad de la política”, sostuvo.
De acuerdo con el profesor Paulo Silvino Ribeiro, de la Fundación Escuela de Sociología y Política de São Paulo, “si el Estado no cumple con sus deberes –ya sea al combatir la crisis económica o los recurrentes casos de corrupción– eso contribuye al escepticismo de la población hacia las instituciones democráticas”.
A su entender, un sector de la sociedad malinterpreta lo que fue realmente el período de dictadura militar. “Según el sentido común, se produjo un crecimiento económico relativamente importante durante el régimen militar, y había entonces un cierto orden –y cuando hablamos de orden por supuesto nos referimos a una vigilancia policíaca más agresiva–, una defensa de valores y nociones bastante conservadores y reaccionarios, los cuales circulan muy bien en el imaginario social”.
Nuevas elecciones
El estudio también revela que el 62% de los entrevistados están a favor de nuevas elecciones presidenciales, que señalan como la mejor manera de superar la crisis política. Según la encuesta, el 25% de las personas defienden que la presidenta Dilma Rousseff permanezca en su cargo, mientras que solo el 8% creen que un eventual gobierno del vicepresidente Michel Temer supondría una solución a la crisis.
João Feres Junior supone que los 62% que quieren ver el fin del actual gobierno “son quizás el producto de una cierta crisis económica acociada a la campaña mediática contra la corrupción”. Entre los que afirman haber votado por Rousseff en 2014, un 45% defienden que no sea separada de su cargo, frente a un 44% que apoyan nuevas elecciones presidenciales. Por otra parte, entre los que declaran haber votado por el candidato opositor Aécio Neves en 2014, un 77% creen que la respuesta a la crisis política es destituir tanto a Rousseff como al vicepresidente Michel Temer y luego convocar nuevas elecciones presidenciales.
De acuerdo con Feres Junior, el sondeo debe verse también desde otro punto de vista. “De hecho, la encuesta muestra sin lugar a dudas que Michel Temer no goza de ninguna popularidad. No sé cuánta gente lo conoce bien; nosotros que acompañamos la política sí sabemos quien es, pero no las personas, quienes votaron por Dilma [Rousseff]. No tienen idea de quién es ese tipo”. En su opinión, esa es una señal de que un eventual gobierno de Temer tendría que luchar contra la ignorancia –o incluso el rechazo– hacia su nombre. En este sentido, Feres Junior apuntala que el periodo de campaña electoral es clave para que la sociedad se vuelva más politizada, pues es el único momento en el que la población tiene acceso a informaciones políticas.
El profesor Vibaldo de Souza también considera que “en un análisis más sencillo de las cifras, la población prefiere nuevas elecciones. Dilma [Rousseff] cuenta aún con un electorado más expresivo que Temer, y hay un pequeño porcentaje de personas que creen que él sería una mejor solución para el país que ella. Sin embargo, la población piensa que ninguno de los dos sería capaz de resolver la crisis”, dijo. A su juicio, el proceso de destitución contra Dilma Rousseff no puede considerarse un golpe, como alegan muchos de sus partidarios, y demuestra la fuerza que tiene la democracia, pues se está dando una solución institucional al impasse. Podemos criticar el Legislativo, pero el Supremo fue consultado y la presidenta pudo defenderse. El término golpe ha sido muy empleado por el gobierno. Sin embargo, el impeachment no solo es un proceso legal, jurídico, sino también político”, agregó.
En la opinión del profesor Silvino Ribeiro, la crisis económica “espesa” el discurso a favor del impeachment, que se plantea como una solución para la situación política. “Es evidente que el asedio de tantos problemas sociales y económicos que afligen la nación acabará por espesar el discurso a favor del impeachment, ya que este es visto como una moralización de la política, el comienzo de una nueva era”, apuntó.
“Nuestra democracia aún no ha construido la inmunidad necesaria para protegerse de golpes. La Estamos en un proceso continuo de construcción. Me parece que, por ser un proceso en marcha, lo que estamos experimentando es una especie de fragilidad que permite, por lo tanto, que investiduras y proyectos conservadores, autoritarios y golpistas tomen forma”, observó Ribeiro.
El sondeo se llevó a cabo por el Instituto Brasileño de Opinión Pública (IBOPE) entre el 14 y el 18 de abril, y el índice en cuestión registró su nivel más bajo desde 2008, cuando se calculó por primera vez.
Traducción: Lucas Magdiel
Fonte: Brasil: Descontento hacia democracia pone en jaque al sistema político