Carnaval callejero crece en São Paulo
En los últimos dos años, el número de comparsas callejeras que desfilan en el carnaval de São Paulo creció aproximadamente un 40%, según los registros de la alcaldía. Sin cordones o rejillas, la fiesta viene alegrando la ciudad en las semanas antes del Carnaval oficial y comienza a atraer a más juerguistas para el feriado. La estimación del gobierno municipal es que 2 millones de personas participen en las celebraciones entre el 29 de enero y el 14 de febrero. Solo el pasado fin de semana, más de 400 mil personas asistieron a las comparsas en la capital.
El geógrafo Alessandro Dozena, autor del libro A Geografia do Samba na cidade de São Paulo (“La Geografía de la Samba en la ciudad de São Paulo”), dice que ese movimiento es parte de la historia de la capital desde hace décadas. Inicialmente con la opulencia de los desfiles de lujo del siglo XIX que llevaban familias ricas en carruajes, las cuerdas de carnaval con la fuerte presencia del bombo, la extravagancia de las escuelas de samba y, más recientemente, la irreverencia de las comparsas callejeras. Dozena cree que las comparsas han ganado fuerza en los últimos años debido a la necesidad del paulistano de “momentos de expresión y manifestación de relaciones sociales”.
Agência Brasil entrevistó al investigador para reflexionar sobre el estado actual del carnaval en São Paulo. Según él, la fiesta es una práctica de resistencia que contribuye a la producción de otros modelos de vivencias con la ciudad.
“El carnaval de calle se acompaña de improvisación, resistencia a las reglas y a lo que es disciplina. Tenemos en él una lógica de la improvisación en la que el entorno urbano es adecuado y la espontaneidad permite un contrapunto a la artificialidad de la realidad cotidiana”, dice.
Dozena también explica que las actividades promovidas por las comparsas expanden el bienestar de zonas desfavorecidas de infraestructura cultural y ocio. “Esas manifestaciones han sido siempre fundamentales para ventilar las amarguras de la vida cotidiana, a través de una experiencia colectiva importante para el establecimiento de los valores culturales de un determinado grupo social. Anteriormente, la policía destruía el cuero del instrumento y agredía a la gente, pero aún así no lograba terminar con los grupos de samba, cordones y comparsas de carnaval, que tienen un carácter espontáneo”, recuerda.
Según el investigador, el carnaval callejero permite la apropiación de los espacios públicos, produciendo sentimientos de identidad afectiva con los lugares. “Configura ciertas prácticas sociales en las que la vida se reinventa momentáneamente, siguiendo la lógica del tiempo festivo lento. Se crean nuevos discursos por la subversión del orden, por las resistencias a los poderes que establecen y mantienen los territorios del poder, de la disciplina, de la administración y de la burocracia”, concluye.
Traducción: Leonardo Vieira
Fonte: Carnaval callejero crece en São Paulo