“Caboclinhos” se convierten en patrimonio cultural inmaterial de Brasil
Las comparsas conocidas como “caboclinhos”, que representan una de las expresiones más tradicionales de la cultura popular del noreste brasileño, fueron reconocidos el jueves (24) como patrimonio cultural inmaterial de Brasil por el Instituto del Patrimonio Histórico y Artístico Nacional (Iphan).
La palabra “caboclinho” es el diminutivo de caboclo, que significa mestizo, y las comparsas llevan ese nombre en homenaje a la cultura indígena de Brasil, de la cual se consideran herederos.
Los caboclinhos suelen desfilar en las calles, sobre todo durante el carnaval –vestidos con trajes coloridos, con plumas y abalorios–, realizando movimientos de baile que representan rituales de la vida cotidiana en sus pueblos, como el perré, para llamar a la lluvia, y el toré, que tiene un aspecto religioso, como explica Amauri Rodrigues, presidente del Club de Carnaval Tribu Indígena Tupã, de Recife, capital de Pernambuco.
La danza de los caboclinhos también está relacionada con la adoración del árbol sagrado Jurema, que es nativo de las regiones norte y noreste de Brasil y sirve de base para la preparación de un té utilizado en rituales religiosos.
Su mayor fiesta, sin embargo, se celebra el 30 de marzo. Fue en ese día, en 1645, en la aldea de Itapecerica, estado de Pernambuco, que miembros de varios pueblos indígenas realizaron una gran asamblea y eligieron a sus propios representantes, divididos en concejales y tres regidores de territorios.
Perspectivas
Según estimaciones de la Asociación de Carnaval de los Caboclinhos e Indígenas de Pernambuco, existan cerca de 70 comparsas de caboclinhos en el estado, 30 de ellas solo en Recife. “La mía es una de las más nuevas, tiene 39 años”, bromea Amorim, que también es secretario de la asociación.
El reconocimiento de los caboclinhos como patrimonio cultural puede suponer nuevas perspectivas para quienes luchan por mantener viva su tradición.
Para fabricar los trajes e instrumentos que utilizan en sus desfiles, cuentan con ayudas de los gobiernos departamentales y municipales. “Esperamos que, además del reconocimiento de nuestra cultura, el título nos traiga más oportunidades fuera de Pernambuco, y que el valor pagado por la municipalidad pueda aumentar”, dice Amorim.
El secretario de cultura de Pernambuco, Marcelino Granja, sostiene que el apoyo del gobierno es necesario para preservar el arte de los caboclinhos. “Tenemos que ayudar a las sedes de esas comparsas y nos preocupar por la formación de nuevos maestros de ese arte”, dijo.
Traducción: Lucas Magdiel
Fonte: “Caboclinhos” se convierten en patrimonio cultural inmaterial de Brasil