Amnistía Internacional señala violencia policial en Río

Brasil viene experimentando “una aguda crisis en la seguridad pública” en los últimos 30 años, con el registro, solo en 2012, de 56 mil asesinatos. La denuncia está en el informe Mataste a mi hijo: Homicidios cometidos por la Policía Militar en la ciudad de Río de Janeiro, publicado el lunes (3) por la ONG Amnistía Internacional. Del total de víctimas, 30 mil eran jóvenes de entre 15 y 29 años, un 90% hombres y un 77% negros.

Las actuaciones de la policía, de grupos de exterminio y de organizaciones paramilitares contribuyen a este escenario, dice el estudio, que apunta que las políticas de seguridad pública en Brasil están marcadas por operaciones policiales represivas en las zonas pobres y, a menudo, con el uso de fuerza letal. “Es una práctica recurrente”, dijo el director ejecutivo de Amnistía Internacional Brasil, Átila Roque.

La ONG analizó 220 investigaciones de homicidios producidos durante acción policial en 2011 en Río de Janeiro. El análisis incluyó datos oficiales, entrevistas con testigos, familiares de víctimas y policías, así como registros de ocurrencias, certificados de defunción, informes de expertos, fotos y vídeos. La Amnistía considera que algunos casos tienen “fuertes evidencias de ejecuciones policiales”. Hay casos en los que la víctima fue asesinada cuando ya estaba herida o rendida. En otros, el detenido no ofrecía peligro o los policías esperaban escondidos que la víctima pasara para balearla.

Átila Roque llama la atención sobre la impunidad y la falta de investigación. “Una de nuestras principales demandas es que la Fiscalía establezca inmediatamente un grupo de trabajo para aclarar estas situaciones”, dijo. Otro tema señalado es el temor de los testigos en declarar. Según el director, “en las comunidades, hay mucho miedo a declarar y luego ser otra víctima”.

En las conclusiones, el informe de Amnistía hace recomendaciones a los gobiernos federal y departamentales, a la Fiscalía y al parlamento, para que hagan frente a la violencia policial y a la impunidad. “No hay que reducir este tema solo a la policía. Todos los demás órganos del Estado, de una forma u otra, están siendo incompetentes o ineficientes, o peor aún, están siendo omisos por no ejercer su papel”, dice el director.

Traducción: Leonardo Vieira