Reglamentada la ley brasileña de protección a personas sin hogar
Para conmemorar el aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el gobierno federal ha anunciado esta semana medidas para implementar la Política Nacional para las Personas sin Hogar. Las medidas forman parte del plan Calles Visibles. Además de la liberación de fondos y del lanzamiento oficial del Observatorio Nacional de Derechos Humanos (ObservaDH), creado en septiembre, se reglamentó la Ley Padre Júlio Lancellotti.
El nombre de la ley hace referencia al religioso Júlio Lancellotti, que desde 1986 promueve un trabajo social dirigido principalmente a la población sin hogar de la ciudad de São Paulo. Coordinador de la Pastoral del Pueblo de la Calle, Lancellotti se hizo noticia cuando utilizó un mazo para retirar piedras afiladas que habían sido instaladas por el Ayuntamiento de São Paulo en un viaducto de la ciudad para impedir que el espacio fuera utilizado como refugio por la población sin hogar.
Arquitectura hostil
La ley prohíbe la denominada arquitectura hostil en espacios públicos, como la construcción o instalación de estructuras que dificulten el acceso a las personas sin hogar. Aprobada por los parlamentarios el año pasado, la ley fue vetada por el expresidente Jair Bolsonaro, pero el veto fue anulado por el Parlamento y el texto fue promulgado.
Presente en la ceremonia en el Palacio del Planalto, el padre Júlio elogió la recreación de políticas públicas para grupos invisibilizados en los últimos años. "Luchamos mucho para elegirlo, presidente. Para que cuando volviera al Palacio del Planalto, volvieran también los pobres, los sin techo, las mujeres, las personas LGBT, los indígenas, los de religiones africanas, los sin religión, los que luchan por la dignidad humana. Y si la gente de la calle está en este palacio, no habrá ningún rasguño en el patrimonio público, porque vamos a preservar lo que es nuestro y también les pertenece", dijo en referencia a los atentados contra la sede de los Tres Poderes en Brasilia el 8 de enero.
El sacerdote agradeció la reglamentación de la ley que lleva su nombre y pidió la implementación efectiva de las acciones del plan lanzado el lunes. "Mazo a toda la arquitectura hostil. Que toda la arquitectura hostil sea removida y nunca más implementada. Que tengamos especial cuidado con la salud mental, con el sufrimiento de la población sin hogar. Es un tema específico, urgente, como es urgente tener dónde vivir, pero tener la dignidad de vivir, con autonomía, con equilibrio, con el afecto que sea necesario", dijo, mencionando también la violencia institucional contra esa población.
"Las personas sin hogar no son ángeles ni demonios. Son personas y deben ser tratadas como personas. El artículo 6 [de la Declaración Universal de Derechos Humanos] dice 'todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad jurídica'. Este artículo tiene que vivirse en la sanidad, la vivienda, el desarrollo social, los derechos humanos, la educación, la cultura, el ocio. La gente de la calle también ama, la gente de la calle quiere ser respetada en todas sus dimensiones", afirmó el padre.
Durante la ceremonia, el ministro de Derechos Humanos y Ciudadanía, Silvio Almeida, dijo que más de 221 mil personas viven en las calles del país. "Son personas, incluso niños, que viven en la extrema pobreza, sometidos a una intensa vulnerabilidad, expuestos a todo tipo de violencia", dijo, explicando que el plan Calles Visibles demuestra el compromiso del gobierno federal con hacer realidad las promesas de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.