Alfabetización: la alarmante realidad de la educación brasileña
Brasil todavía necesita avanzar más para que los niños puedan tener un desempeño satisfactorio en lectura, según expertos entrevistados por Agência Brasil para hablar sobre el Día Mundial de la Alfabetización, que se celebra este viernes (8).
Datos recientes del Instituto Nacional de Estudios e Investigaciones Educacionales (INEP), basados en las pruebas del Sistema de Evaluación de la Educación Básica (SAEB) para 2019 y 2021, revelan que ha habido una caída en el desempeño en alfabetización, mostrando que, en 2019, el 54,8% de los niños evaluados fueron considerados alfabetizados. Sin embargo, en 2021, el porcentaje cayó al 49,4%.
La fecha fue creada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1967 con el objetivo de promover el debate sobre la importancia de la alfabetización, especialmente en los países que aún tienen tasas considerables de analfabetismo.
Según el SAEB, los niños que alcanzan una puntuación mínima de 743 son considerados alfabetizados, es decir, son capaces de leer palabras, frases y textos cortos, localizar información en la superficie textual, escribir palabras con regularidades directas entre fonemas y letras y escribir textos que circulan en la vida cotidiana, aunque con desviaciones ortográficas y de segmentación.
Para Ivan Gontijo, responsable de Políticas Educacionales de la organización Todos pela Educação, que trabaja para mejorar la calidad de la educación básica en Brasil, el escenario es desafiante, "pero hay perspectivas de futuro".
"Básicamente, la mitad de los niños brasileños de 7 años no saben leer ni escribir de forma mínimamente adecuada. Estos datos retratan una realidad muy alarmante, pero no es nada nuevo. Desde la Evaluación Nacional de Alfabetización, que comenzó a implementarse en 2014, Brasil ya tenía indicadores muy preocupantes, y este resultado de 2021 mostró que la pandemia ha tenido un impacto significativo, y entre todas las etapas de la educación básica fue en la alfabetización”, dijo Gontijo.
Todos pela Educação defiende la implementación de políticas públicas de educación que garanticen el aprendizaje y la igualdad de oportunidades para niños y jóvenes. Gontijo advierte que la alfabetización es una habilidad básica, y que si los niños no están correctamente alfabetizados a la edad adecuada, tendrán dificultades a lo largo de su vida escolar.
Pandemia
Mariana Luz, la directora general de la Fundación Maria Cecília Souto Vidigal, quien participa activamente en el debate sobre la primera infancia, con niños desde el nacimiento hasta los 6 años, cree que la pandemia de coronavirus, con el cierre de espacios educativos, ha afectado al rendimiento de los niños en guarderías y preescolares, considerados estos últimos una etapa fundamental para ayudar en el proceso de alfabetización.
"Esta situación [la pandemia] ha generado un déficit educativo y ha ampliado las desigualdades. Desafortunadamente, los que tuvieron menos acceso, menos apoyo, menos educación, menos oportunidad de aprender fueron los vulnerables, negros, morenos, indígenas y los que viven en la pobreza, y esto creó una brecha", dijo Mariana, quien ponderó la necesidad de prestar más atención a espacios como guarderías y preescolares.
Investigaciones realizadas por la Fundación señalaron un retraso pedagógico de seis a siete meses en los niños en los componentes de lenguaje y matemáticas, pero destacó que es posible compensar esta pérdida con el regreso a las actividades presenciales.
"Es en la educación infantil, sobre todo en preescolar, que es una etapa obligatoria, donde el niño va a tener contacto con las letras y los números de una forma más intencionada, entendiendo que la siguiente etapa es el primer curso de primaria, donde se produce la alfabetización. Así que esta familiaridad, este gusto, este conocimiento, este despertar del interés y la curiosidad, todo ocurre en la educación infantil", explica.
Municipios
Según la Constitución, los municipios desempeñan un papel fundamental en la educación de la primera infancia y ocupan la mayoría de las plazas en los primeros años de la enseñanza primaria (1º a 5º curso). Los estados, por su parte, deben dar prioridad a la enseñanza secundaria, pero pueden colaborar con los municipios en la primaria.
Para Marcelle Frossard, Coordinadora de Programas y Políticas de la Campaña por el Derecho a la Educación, que agrupa a distintas fuerzas políticas, priorizar las acciones de movilización, presión política y comunicación social, en favor de la defensa y promoción de los derechos educativos, es fundamental para que estados y municipios actúen conjuntamente en la búsqueda de soluciones.
Según ella, "las familias también necesitan condiciones para garantizar que sus hijos sigan estudiando. En este sentido, para garantizar el derecho a la educación, es esencial invertir en políticas sociales para que las familias puedan permitirse mantener a sus hijos en la escuela."
Compromiso
Frente al escenario actual, el gobierno federal lanzó el Compromiso Nacional de Alfabetización Infantil, en colaboración entre el gobierno federal, los estados, el Distrito Federal y los municipios. El objetivo es garantizar que el 100% de los niños brasileños estén alfabetizados al final del 2º año de la escuela primaria; además de restablecer el aprendizaje, con énfasis en la alfabetización, para el 100% de los niños matriculados en 3º, 4º y 5º grados afectados por la pandemia.
El compromiso se basa en que los estados y los municipios asuman un papel de liderazgo en la creación de soluciones para abordar los problemas en el proceso de alfabetización de los niños. Cada estado, en colaboración con los municipios, debe elaborar su propia política territorial según sus características específicas. Corresponde al gobierno federal prestar apoyo técnico y financiero a los estados en función de sus necesidades.
Según el Ministerio de Educación, el programa pretende llegar a cerca de 4 millones de alumnos de 4 y 5 años en 80 mil escuelas públicas que ofrecen preescolar; 4,5 millones de alumnos de 6 y 7 años en 98 mil escuelas públicas en los primeros años de la enseñanza primaria; y 7,3 millones de alumnos de 8 a 10 años en 98 mil escuelas públicas también en los primeros años de la enseñanza primaria.