Brasil: Mujeres ganan menos que hombres aunque son mayoría entre los titulados

Pese a que las brasileñas, en su mayoría, tienen título universitario, aún tienen que enfrentarse a las dificultades derivadas de las desigualdades de género en el mercado laboral, según revela el estudio “Estadísticas Género: Indicadores Sociales de las Mujeres en Brasil”, divulgado esta semana por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).

La economista Betina Fresneda, analista de Gerencia de Indicadores Sociales del IBGE, explica que las cifras sobre la educación no se reflejan necesariamente en el mercado laboral. Como las mujeres tienen un nivel de instrucción más alto que los hombres, argumentó, no deberían cobrar el mismo salario medio. “Deberían ganar más dinero, pues la principal variable del salario es la educación.”

Además, la tasa de asistencia escolar a la enseñanza secundaria en 2016 también es mayor entre las mujeres (73,5%) que entre los hombres (63,2%). El promedio para los brasileños alcanzó el 68,2%. Estudios muestran que el ambiente escolar es más adecuado al tipo de educación que se da a las niñas, en la que se recompensa la disciplina, dijo la experta. “Tiene más que ver con las características en la crianza de las niñas. Otros estudios muestran que, en la enseñanza secundaria, por ejemplo, los hombres se ven obligados a conciliar los estudios con el trabajo más frecuentemente que las mujeres. Hay una serie de factores asociados con los roles de género.”

En términos de ingresos, vida pública y toma de decisiones, las mujeres brasileñas aún se encuentran en un nivel inferior a los hombres, bien como en el tiempo dedicado al cuidado de personas o tareas domésticas. El estudio confirma además la desigualdad entre las mujeres blancas y negras o mestizas.

En cuanto a la educación, la encuesta destacó que las desigualdades entre las mujeres también son muy marcadas. Las mujeres blancas obtuvieron título universitario en una proporción dos veces mayor que las negras o mestizas. “Así que el color de la piel también influye en las posibilidades de que una persona termine o no la educación superior”, comentó la economista.

Estructuras económicas

De acuerdo con el estudio, el tiempo dedicado al cuidado de las personas o tareas domésticas es mayor entre las mujeres (18,1 horas semanales), que entre los hombres (10,5 horas semanales). En promedio, los brasileños dedican 14,1 horas semanales a ese tipo de trabajo. “De cualquier forma que decidamos dividirlo —por región, raza o edad—, las mujeres dedican una cantidad considerable de horas más que los hombres a ese tipo de trabajo”, dijo la investigadora del IBGE Caroline Santos, quien cree que ese indicador es importante porque arroja luz sobre el trabajo no remunerado.

Santos señaló que, en cuanto al color de la piel, la historia del país es un factor agravante, ya que las mujeres negras o mestizas siempre han dedicado más tiempo al trabajo no retribuido. De acuerdo con el estudio, las mujeres negras o mestizas dedican 18,6 horas semanales a cuidar de personas o tareas domésticas, contra 17,7 horas entre las mujeres blancas.

Trabajo a tiempo parcial

El estudio pone de evidencia la doble jornada de las mujeres que tienen que conciliar las tareas domésticas con el trabajo remunerado, lo que las lleva, en algunos casos, a aceptar trabajos precarios, argumentó Santos.

Para mostrar cuán diferente puede ser la cantidad de horas de trabajo para hombres y mujeres, cuando se trata de empleos a tiempo parcial, las mujeres presentan un porcentaje más alto (28,2%) que los hombres (14,1%).

Representatividad

El estudio también evidencia que las mujeres están subrepresentadas en varios ámbitos, no solo en el campo político —como se puede ver en el Congreso y en los cargos ministeriales— sino también en puestos administrativos, funciones públicas y privadas y en los cuerpos policiales.

Brasil no se sitúa una buena posición entre los países que informaron a la Unión Interparlamentaria (IPU) el porcentaje de sillas ocupadas por mujeres en la Cámara de Diputados, dijo la investigadora del IBGE, Luanda Botelho. En diciembre de 2017, el país ocupó el 152.º lugar en un grupo de 190 naciones, con el 10,5% de las escaños, por detrás incluso de países con un historial de violencia contra la mujer. En el escenario global, Botelho calificó la situación de Brasil de grave, el peor desempeño entre las naciones latinoamericanas.

Mencionó asimismo que Brasil cuenta con pocas mujeres en los ministerios. En 13 de diciembre del año pasado, de los 28 cargos ministeriales, solo dos fueron ocupados por mujeres.

Administración

Las mujeres tampoco logran estar a la altura de los hombres en lo que respecta a los puestos directivos, tanto en el sector público como en el privado: el 62,2% de los hombres ocuparon puestos directivos en 2016, contra el 37,8% de las mujeres. En el grupo de edad entre 16 a 19 años, las mujeres tuvieron un mejor desempeño: 43,4% frente al 56,6% de los hombres.

La participación de las mujeres en los cuerpos policiales de Brasil también es clave para medir la representatividad femenina y también está asociada con la política nacional respecto a la violencia contra la mujer. La legislación brasileña prevé que las mujeres víctimas de violencia sean atendidas, preferentemente, por policías del sexo femenino. Sin embargo, todavía es escasa su presencia en las fuerzas policiales. En el 31 de diciembre de 2013, las mujeres representaban el 13,4% del personal activo en la policía militar y civil del país, de acuerdo con la Encuesta de Informaciones Básicas Estatales (Estadic).

La proporción total de mujeres que integraba los efectivos de la policía civil en todo Brasil alcanzaba el 26,4% en diciembre de 2013, en comparación con el 9,8% en la policía militar.

El IBGE recopiló datos de otras tres encuestas: Investigación Nacional por Muestreo de Domicilios (Pnad), Investigación Nacional por Muestreo de Domicilios Continua (Pnad Continua) e Investigación Nacional de Salud (PNS), adoptando los criterios del Conjunto Mínimo de Indicadores de Género (Cmig), propuesto por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Los indicadores cubren diferentes períodos, de 2011 a 2016.

Traducción: Lucas Magdiel