Brasil diseña nueva fábrica de mosquitos antidengue
La estatal brasileña Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz) selló un acuerdo con el World Mosquito Program (WMP) para expandir el uso de la bacteria Wolbachia en el combate al dengue, zika y chikungunya. Al introducirse en los mosquitos Aedes aegypti, la bacteria los incapacita para transmitir las enfermedades. Ese método ya se utiliza en Brasil y otros 11 países.
El acuerdo fue anunciado el jueves (30), en Río de Janeiro, y prevé la construcción de una biofábrica para 2024, con capacidad para producir hasta 100 millones de mosquitos por semana, a un coste estimado de R$ 100 millones. Los fondos provendrán del WMP y del Instituto Paranaense de Biología Molecular (IBMP), nacido de una asociación entre Fiocruz y el estado de Paraná.
Otros R$ 80 millones —R$ 50 millones del WMP y R$ 30 millones de Fiocruz— se destinarán a la ampliación inmediata de la producción actual, que ayudará a estados y municipios brasileños a controlar enfermedades en lugares más críticos. Corresponderá al Ministerio de Salud indicar, con base en datos epidemiológicos, cuáles son las ciudades prioritarias.
Introducción artificial
La Wolbachia, explica Fiocruz, está presente de forma natural en cerca del 60% de los insectos del mundo, aunque no en el Aedes aegypti. Por lo tanto, el método consiste en introducirla artificialmente en el organismo del mosquito.
La iniciativa, subrayan los científicos, no implica ninguna modificación genética, ni en el Aedes aegypti, ni en la bacteria. Además, el objetivo no es eliminar el mosquito del medioambiente, sino sustituir una población capaz de transmitir enfermedades por otra incapaz de hacerlo.
En Brasil, la aplicación del método está a cargo de Fiocruz, con el apoyo del Ministerio de Salud. El trabajo comenzó en 2015 con la liberación de mosquitos en Jurujuba y Tubiacanga, dos pequeñas localidades del estado de Río de Janeiro. Con los buenos resultados, la iniciativa se ha expandido a otras localidades de Río y de otros 3 estados diferentes.
Sostenibilidad
El proyecto demostró ser sostenible: el mosquito hembra que lleva la Wolbachia en su organismo puede transmitirla a sus herederos, aunque se aparee con machos sin la bacteria.
Los resultados, sin embargo, no se obtienen a corto plazo. "La velocidad de aplicación del método varía en función de las características de cada municipio. En general, logramos impactos reales en la reducción de los casos de dengue unos años después de la implantación", explica Luciano Moreira, investigador de Fiocruz y líder del WMP en Brasil.