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El Museo del Mañana en Río expone el pasado y el futuro de los móviles

La muestra se inaugurará el próximo día 23
Alana Gandra – Reportera de Agência Brasil
Publicado en 15/05/2023 - 13:06
Rio de Janeiro
Games, jogos eletrônicos, Celular
© Marcello Casal JrAgência Brasil

La exposición Celular 50 cuenta la historia de los 50 años de invención del teléfono móvil, a partir del próximo día 23, en el Museo del Mañana, en Río de Janeiro. El aparato fue creado el 3 de abril de 1973 por el ingeniero estadounidense Martin Cooper. La exposición tendrá el formato de un circuito expositivo, con recursos audiovisuales, tótems alfanuméricos, paneles y juegos con datos y curiosidades. El público caminará por seis secciones: Agujero Negro, Movilidad y Libertad, Popularización e Individualización, Multiplicidad, Exceso y Laberinto de Posibilidades.

Se abordará no sólo la historia del teléfono móvil. "Hay un recorrido histórico pero, al final, se cuestionan las posibilidades del impacto del móvil en la salud, en la educación, en la cultura, en la democracia", explica el comisario de la muestra, Miguel Colker. También se debatirá sobre el futuro del dispositivo. La idea inicial es llevar al espectador al interior del celular, el cual viene convergiendo casi todas las tecnologías: cámara, videocámara, máquina de escribir, brújula, mapa, calculadora, "y también nuestra atención", añadió Colker.

Generaciones

La vuelta al pasado revela que, hasta la primera generación de teléfonos móviles, tan sólo se hablaba en una llamada. Según el comisario, el gran advenimiento de la primera generación fue el corte del cable que unía el teléfono a una mesa, a la pared, a una oficina, a una casa. Al mismo tiempo, fue una generación muy rudimentaria y primitiva. Los teléfonos eran todos blancos o negros, pesados y enormes. Daban libertad para comunicarse, pero no funcionaban fuera de la cobertura del operador contratado, recuerda Colker.

El llamado roaming sólo apareció en la segunda generación de teléfonos móviles, llamada de “popularización e individualización”, cuando el móvil se mostró como un dispositivo eficaz y necesario. "Se desarrolla por la necesidad humana que lo rodea. Se populariza. Es en esta segunda generación cuando la gente empieza a acostumbrarse a la presencia de los celulares, a diferencia de la primera generación, que no era accesible a todos, sino que simbolizaba un ‘estatus’ de élite. En la segunda generación, llega a la clase media, se populariza y la propia industria ayuda a ello, con la ruptura del monopolio estatal y la aparición de operadores comerciales. "El móvil deja de ser sólo para la élite y se individualiza, para los adultos y niños".

En esta fase se produjo un importante avance tecnológico. El teléfono móvil dejó de ser analógico para convertirse en digital y dio lugar a la aparición de los SMS. "Ya no teníamos un aparato sólo para llamarnos, sino para enviarnos mensajes de texto, abreviaturas y emoticonos. Esto empieza a entrar en la cultura popular a través de los mensajes de texto. La segunda generación también se convierte en un dispositivo de entretenimiento y diversión a través de los juegos.

La tercera marca la llegada del smartphone, "que es una revolución", afirma Colker. Crea, de hecho, la internet móvil: une internet y el teléfono con la informática. Según el comisario, las generaciones impares son revolucionarias, mientras que las pares intensifican el proceso de la revolución anterior.

De acuerdo con Colker, la transición de la cuarta a la quinta generación es muy similar a la que se vivió en la tercera. Hubo una intensificación tecnológica en la cuarta, y lo que se espera es que la quinta sea una nueva revolución. El comisario estima, sin embargo, que los efectos de la revolución 5G no aparecerán hasta la sexta generación, dentro de diez o quince años, del mismo modo que hoy se sienten con más fuerza los efectos de la creación del smartphone.

Necesidad

Colker analizó que el teléfono móvil ya es el dispositivo de mayor inclusión digital en el mundo, pero debe convertirse en casi necesario en un futuro próximo. La democratización del celular, alcanzando a las clases económicas C y D, ocurrió en la transición de la tercera a la cuarta generación. El número sigue creciendo, pero Colker dijo que, a corto plazo, sin embargo, no habrá universalización porque el mundo sigue siendo muy desigual. Estimó que el móvil llegará al 90% de la población y entonces se convertirá en un dispositivo crucial para cuestiones de la sociedad como la salud, la educación, la cultura, la diversidad, la sostenibilidad.

A medio y largo plazo, se cree que habrá un nuevo cambio. El cable, que había sido abandonado en la primera generación, parece haber regresado de forma perversa en la cuarta, ya que hoy, según el Informe de Movilidad de Ericsson, el 91% de las personas no pueden permanecer a más de un metro de distancia de sus smartphones. "En otras palabras, hay sí un cable que nos conecta a nuestros smartphones. Lo que se espera es que en las próximas generaciones nos liberemos de este monolito negro y pasemos a otra etapa. Las pantallas se multiplicarán. Podré tener un chip en mi cuerpo y este chip podrá conectarse a cualquier pantalla que esté presente delante de mí, en el autobús, en el Uber, en mi casa, en el ordenador. O, tal vez, ni siquiera necesitaré una pantalla porque habrá un aumento vertiginoso de asistentes de voz, con el avance del 5G, 6G y demás", señaló el comisario.

Futuro

Para Luca Belli, coordinador del Centro de Tecnología y Sociedad (CTS) de la Fundación Getulio Vargas, el teléfono móvil fue una evolución en términos de tecnología que da soporte a otras tecnologías. 

Belli cree en la existencia de dos caminos para el teléfono móvil. Por un lado, el smartphone podrá evolucionar, integrando más capacidades de inteligencia artificial (IA), más servicios como las comunicaciones holográficas, con la evolución de la informática; pero también con la migración de la capacidad de conexión a grandes servidores en la nube y, también la mejora de las redes de comunicación. "Creo que tiene un gran futuro, no como un teléfono móvil básico, sino como una mejora del smartphone actual, con más servicios, incorporando funcionalidades de inteligencia artificial (IA), de realidad aumentada".

Otro camino pasa por incorporar las funcionalidades del smartphone a otro tipo de dispositivo, como los smartwatches. Esto depende mucho de la evolución tecnológica, por un lado, y también legislativa, para la protección de la privacidad y los datos personales, como en el caso de las cámaras conectadas en las gafas. "Podemos prever esta bifurcación”, dijo.