Investigación sobre ADN aclara el origen de ancestrales brasileños
Investigadores brasileños han dominado todas las etapas de la técnica de extracción y secuenciación del ADN antiguo, una molécula que se encuentra en material biológico procedente de excavaciones arqueológicas, en restos mortales de hace miles de años.
El proceso para secuenciar la molécula antigua, que normalmente se encuentra en fragmentos óseos, fue desarrollado por el biólogo sueco Svante Pääbo, Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 2022 por sus descubrimientos sobre el genoma de homínidos extintos y la evolución humana.
Fue en el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig (Alemania), en el que Pääbo es director de genética, donde el investigador brasileño Tiago Ferraz se doctoró, aprendió y llevó su dominio de la técnica a la Universidad de São Paulo (USP).
Cuando aún estaba en Alemania, Ferraz fue el responsable del proceso de secuenciación del ADN antiguo que dio lugar al artículo Genomic History of Coastal Societies from Eastern South America (Historia genómica de las sociedades costeras del este de Sudamérica), publicado en la revista Nature Ecology & Evolution.
Ferraz se encargó de todo, desde la extracción del polvo óseo, donde se conserva el material con ADN antiguo, hasta el análisis de los datos y la interpretación de los resultados.
El estudio, cuyo investigador principal fue el arqueólogo del Museo de Arqueología y Etnología de la USP, André Menezes Strauss, y que tiene Tiago Ferraz como primer autor, se realizó en colaboración con miembros del Centro Senckenberg de Evolución Humana y Paleoambiente de la Universidad de Tubinga (Alemania).
"Este trabajo tiene un papel institucional muy importante: es la primera vez que un equipo dirigido por un brasileño, en el que participan tantas instituciones, consigue publicar un artículo de gran impacto en el campo de la arqueogenética", afirma Strauss.
Sambaquieiros
La investigación se basó en la extracción del genoma de 34 muestras, de hasta 10 mil años de antigüedad, procedentes de cuatro regiones diferentes de la costa este de Brasil. Entre el material analizado se encuentra Luzio, el esqueleto más antiguo de São Paulo, con unos 13 mil años de antigüedad.
Según André Strauss, la técnica, ahora dominada por los investigadores brasileños, fue decisiva para descifrar uno de los enigmas de la arqueología nacional: ¿pertenecían a un solo grupo biológico o a dos o más pueblos distintos esas antiguas poblaciones costeras que habitaban lo que hoy es el litoral brasileño, llamadas sambaquieiros, antepasados de los actuales indígenas?
"El análisis genético demostró que esta hipótesis [de que fueran pueblos distintos] era errónea. Los datos genéticos demuestran que descienden de la misma población ancestral, que pobló lo que hoy es Brasil hace 16 mil años, como cualquier otro grupo indígena de Brasil o de América", subraya Strauss.
Una de las teorías, ahora cuestionada por la arqueogenética, sostenía que el continente había sido colonizado por dos oleadas migratorias de Homo sapiens procedentes de Asia. La primera tuvo lugar hace 14 mil años, con individuos de morfología no mongoloide, similar a la de los actuales australianos y africanos, pero que no dejaron descendencia aquí. La segunda habría entrado hace 12 mil años y sus miembros tendrían el tipo físico característico de los asiáticos, de los que derivarían los indígenas modernos.
El resultado del reciente estudio con secuenciación de ADN antiguo demuestra, sin embargo, que no hubo dos migraciones desde Asia. “Lo que tenemos son migraciones intracontinentales: viene gente de los Andes, de Norteamérica, de Sudamérica, pero ya son procesos locales. Sobre grandes migraciones, los datos genéticos, contrariamente a lo que se imaginaba hasta ahora, demuestran que fue una única desde Asia", subraya Strauss.
Laboratorio
Luego de estudiar por dos años en el Instituto Max Planck de Alemania, referencia mundial en ADN antiguo, el investigador Tiago Ferraz espera ahora que, a finales de 2023, esté plenamente operativo el Laboratorio de Arqueología y Antropología Ambiental y Evolutiva de la USP, el primer laboratorio de arqueogenética del país. El espacio fue construido en colaboración con el instituto alemán.
Según el investigador, con "un sistema riguroso de procesamiento de muestras y descontaminación del material", el laboratorio podrá realizar la secuenciación del ADN antiguo en Brasil sin depender de estructuras extranjeras. "Estamos en el proceso de adaptación del espacio luego de varias cuestiones técnicas y burocráticas. Dando los últimos retoques para poder abrirlo por fin y trabajar realmente en él. Para tener una rutina de trabajo más intensa".
La primera meta es formar a investigadores locales para que puedan generar datos arqueogenéticos in situ. "Ya que trajimos esta técnica a Brasil, vamos a implementarla aquí, hacerla localmente, secuenciar los individuos, secuenciar el ADN antiguo aquí en Brasil, entrenar a la gente para trabajar con eso y desarrollar este grupo de investigación."