Fiesta del membrillo revive tradición en quilombo cercano a Brasilia
Mermelada, sopa de membrillo con queso, licor de membrillo. Cada enero, después de la cosecha de membrillos, la comunidad de Quilombo Mesquita, cercana a Brasilia, la capital del país, conmemora una tradición arraigada que ha perdurado a lo largo de generaciones. El cultivo del membrillo —fruto de origen portugués introducido en Brasil durante la colonización—, prosperó gracias al clima propicio de suelo brasileño, marcando su presencia en la región desde hace más de un siglo.
Joselino Pereira Dutra, agricultor y heredero de esta cultura, comparte con orgullo la historia que se remonta a sus bisabuelos. Esta valiosa herencia se ha transmitido de generación en generación, desde sus abuelos hasta sus padres, quienes le enseñaron a aprovechar todas las facetas del membrillo. En su puesto de venta, Joselino destaca la versatilidad del membrillo: ya sea consumido entero, convertido en sopa o transformado en deliciosa mermelada.
Además de elaborar la mermelada, Dutra se encarga personalmente de confeccionar las encantadoras cajas de madera que resguardan y exhiben su producto. "La gente viene de muchos sitios, de Brasilia, Goiânia y Luziânia. Es una fiesta muy tradicional", celebra.
La fruta
La presencia del membrillo en la cultura local es tan arraigada que se ha integrado en las comidas escolares, siendo reconocido por su riqueza en fibra y bajo contenido calórico. Además, se ha emprendido un esfuerzo consciente para promover esta fruta a lo largo de distintos eslabones de la cadena de producción alimentaria.
El secretario municipal de Industria, Comercio, Turismo y Trabajo de Cidade Ocidental, Sanches Paiva, explica que han presentado una propuesta a los comercios locales para incluir al menos un producto con membrillo en sus menús. Esta iniciativa ha dado lugar a la creación de batidos de membrillo, su uso como salsa para hamburguesas, e incluso como saborizante de pizzas. "Es una forma de desarrollar la economía local", señala.
El quilombo
El quilombo de Mesquita tiene sus raíces en el legado de tres mujeres negras esclavizadas que heredaron una porción de tierras pertenecientes al agricultor José Correia de Mesquita.
La región experimentó un auge vinculado a la fiebre del oro, una actividad económica dominante en Goiás durante el siglo XVII que declinó hacia finales del siglo XVIII.
En los alrededores de las haciendas, se erigió la ciudad de Santa Luzia, conocida hoy como Luziânia. A mediados de la década de 1760, la ciudad contaba con alrededor de 13.000 personas esclavizadas y 3.500 personas libres, conformando la élite local.
Cuando fueron liberadas de la esclavitud, las mujeres que se beneficiaron de la donación de Mesquita permanecieron en el territorio, donde criaron a sus familias y mantuvieron las tradiciones y costumbres de siembra de la cultura negra. En las tierras que heredaron, también acogieron a negros esclavizados que huían de otras propiedades de la región.