Estados Unidos y Brasil negocian uso de base de Alcántara
El gobierno de Estados Unidos empezará a negociar con Brasil un acuerdo sobre salvaguardias tecnológicas para la utilziación de la Base de Lanzamiento de Alcántara. Así lo informó este martes (4) el canciller brasileño, Aloysio Nunes, tras reunirse con el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo.
El departamento de Estado de EE.UU., que se espera conduzca las negociaciones, necesitaba la autorización de agencias estadounidenses para negociar el tema. Ahora, los dos países iniciarán formalmente las negociaciones que permitirán el uso comercial de la base, ubicada en el estado brasileño de Maranhão (noreste).
Las negociaciones comenzarán de inmediato, pero no se ha fijado una fecha para concluirlas. El embajador de Brasil en Estados Unidos, Sergio Amaral, se reunirá esta semana con su homólogo estadounidense para hablar del tema.
Posición favorable
Muchos países podrían estar interesados en utilizar la base de Alcántara debido a su posición geográfica favorable, cerca de Ecuador, la cual permite ahorrar combustible para el lanzamiento de satélites, por ejemplo.
Durante el gobierno de Fernando Henrique Cardoso, Brasil trató de forjar un acuerdo con Estados Unidos para viabilizar el uso comercial de la base por parte de otros países. El acuerdo es necesario ya que Estados Unidos posee la mayor parte de la tecnología utilizada en la construcción y lanzamiento de satélites.
El Congreso brasileño, sin embargo, prohibió su entrada en vigor por creer que violaba la soberanía brasileña al garantizar secretos tecnológicos de los EE.UU. Un pacto sobre salvaguardias significaría que otros países podrían usar la base sin tener acceso a la tecnología estadounidense.
El acuerdo actual no viola la soberanía brasileña, apuntó Nunes. “Si no hay un acuerdo que garantice la propiedad intelectual de los cohetes y satélites que se lanzarán, no se lanzarán satélites ni cohetes, pues la gran mayoría de los lanzamientos cuentan con tecnología estadounidense”, dijo, agregando que el gobierno estadounidense quiere “defender sus secretos comerciales, lo cual es legítimo”.