Pantanal: Reducción de humedales favoreció el aumento de incendios
Una investigación de MapBiomas, divulgada en el Día Nacional del Pantanal (12 de noviembre), revela que el área inundada de este ecosistema ha disminuido en las últimas décadas. Este cambio se debe a que los períodos de inundación se han acortado, mientras que los de sequía se han prolongado.
Como consecuencia, se incrementa la probabilidad de incendios más intensos en la mayor llanura inundable del mundo, explica MapBiomas, una red de colaboración entre universidades, ONG y empresas tecnológicas dedicada a monitorear los cambios en la cobertura terrestre y el uso del suelo en Brasil.
El estudio indica que en 2023, la superficie inundada del Pantanal alcanzó los 3,3 millones de hectáreas, lo que representa una reducción del 38% respecto a 2018, cuando ocurrió la última gran inundación que cubrió 5,4 millones de hectáreas. Este área, además, ya era un 22% más seca en comparación con 1988, cuando tuvo lugar la primera gran inundación en la serie histórica de MapBiomas, que abarcó 6,8 millones de hectáreas.
Las inundaciones en el Pantanal suelen ocurrir entre febrero y abril, mientras que las sequías se concentran de julio a octubre. El estudio también señala que en 2023, el volumen de agua registrado fue un 61% inferior al promedio histórico del período comprendido entre 1985 y 2023.
Permanencia
Las áreas del Pantanal que permanecen inundadas durante más de tres meses al año también muestran una tendencia a la disminución. Esto implica que el bioma no solo está experimentando una reducción en su superficie inundada, sino que las inundaciones duran menos tiempo. Este cambio ha favorecido la expansión de las sabanas en la región. Actualmente, la superficie de sabana ocupa 2,3 millones de hectáreas, de las cuales el 22% (aproximadamente 421.000 hectáreas) provienen de zonas que antes se mantenían inundadas.
El estudio resalta que esta alteración en el patrón de inundaciones y sequías está teniendo un impacto directo en la frecuencia e intensidad de los incendios en el bioma. Entre 1985 y 1990, los incendios afectaban principalmente áreas naturales en proceso de conversión a pastizales. Sin embargo, tras la última gran inundación en 2018, se ha observado un aumento en los incendios en las cercanías del río Paraguay.
"De 2019 a 2023, el fuego ha alcanzado zonas que, en la serie cartográfica de 1985 a 1990, estaban permanentemente inundadas, pero que hoy en día sufren períodos de sequía prolongados. El total de área quemada entre 2019 y 2023 fue de 5,8 millones de hectáreas, y las regiones más afectadas fueron precisamente estas áreas que antes permanecían inundadas de forma constante, alrededor del río Paraguay", señala el informe.
Incendios
El aumento en el número de incendios en el Pantanal este año también ha sido confirmado por los datos de la plataforma BDQueimadas, disponibles en el sitio web del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE). En junio, el INPE reportó que los focos de incendio en la región aumentaron más de un 1.000% en el primer semestre de 2024 en comparación con el mismo período de 2023.
Según los datos del satélite del INPE, entre el 1 de enero y el 5 de junio de 2024 se detectaron 978 focos de incendio, frente a los 95 registrados en el mismo período del año anterior. De estos focos, 521 se localizaron en el estado de Mato Grosso do Sul, y 457 en Mato Grosso, los dos estados que conforman la región Centro-Oeste, donde se encuentra el Pantanal, el bioma más pequeño y amenazado de los seis biomas de Brasil.
Pastos exóticos
Los datos también revelan un aumento de los pastos exóticos, lo que refleja la expansión del proceso de deforestación en el Pantanal para destinar tierras a la ganadería. Esta transformación está alterando la dinámica del agua en el bioma, según explica Eduardo Rosa, coordinador de cartografía del Pantanal en MapBiomas.
"El Pantanal ha atravesado períodos de sequía prolongada en décadas pasadas, como en los años 1960 y 1970, pero la situación actual es diferente. Hoy enfrentamos una realidad marcada por un uso agrícola intensivo y la sustitución de la vegetación natural por áreas destinadas al pastoreo y la agricultura, especialmente en la meseta de la BAP [Cuenca Alta del Río Paraguay]. Esto está alterando la dinámica hídrica de la cuenca", señaló Rosa.
Uso antrópico
El estudio también revela un aumento del uso antrópico, es decir, de las actividades humanas, especialmente en la Cuenca Alta del Río Paraguay (BAP), una región que integra los biomas del Cerrado y la Amazonia, y que desempeña un papel crucial en la hidrología de la llanura del Pantanal.
En 1985, el uso de la tierra por actividades humanas en la BAP representaba el 22% del total. Para 2023, este porcentaje había aumentado al 42%. La zona más afectada fue la meseta del BAP, que concentró el 83% del uso antropogénico de la cuenca entre 1985 y 2023.
La meseta, formada por altiplanos, cordilleras, mesetas y depresiones, ha experimentado una transformación gradual de su vegetación natural en pastizales y tierras agrícolas. Durante este período, los pastos y la agricultura han ocupado 5,4 millones de hectáreas, de las cuales 2,4 millones corresponden a bosques y 2,6 millones a formaciones de sabana.
"El principal uso antropogénico de la meseta de la BAP es el pastoreo, que representa el 77% del total, es decir, más de 11,4 millones de hectáreas, seguido de la agricultura y un mosaico de otros usos que, en conjunto, representan el 20% (3,1 millones de hectáreas) del uso antropogénico en la meseta", señala el estudio.
En la región de llanura, la pérdida de áreas naturales ha sido menos extensa y más reciente en comparación con otras zonas. Entre 1985 y 2023, se talaron un total de 1,8 millones de hectáreas de vegetación natural. De este total, cerca de 859.000 hectáreas corresponden a praderas y campos inundados, 600.000 hectáreas a sabanas, y 437.000 hectáreas a bosques.