Uso del biodiésel en Brasil aumenta en 20 años
En enero de 2005, Brasil adoptó un marco jurídico para el uso del biodiésel mediante una ley aprobada durante el primer mandato del presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Este marco introdujo oficialmente el biodiésel como una alternativa renovable al gasóleo fósil, caracterizado por su alto impacto ambiental y origen en reservas limitadas.
La legislación también estableció la Agencia Nacional de Petróleo, Gas Natural y Biocombustibles (ANP), encargada de regular la producción y comercialización de biocombustibles en el país, además de liderar la implementación del Programa Nacional de Producción y Uso de Biodiésel (PNPB).
Inicialmente, se fijó un porcentaje del 5% de biodiésel en el gasóleo (mezcla conocida como gasóleo B), aunque se estableció un período de transición de ocho años. Durante este tiempo, el porcentaje mínimo fue del 2%, comenzando de manera voluntaria y convirtiéndose en obligatorio tras los primeros tres años.
En 2009, el Consejo Nacional de Política Energética estableció la mezcla obligatoria del 5% de biodiésel en el gasóleo mediante una resolución. Desde entonces, ha habido una evolución gradual que ha desembocado en el biodiésel B14 (que añade un 14% de biodiésel al gasóleo B), implantado en marzo de 2024.
El ministro de Minas y Energía, Alexandre Silveira, subrayó los logros alcanzados en estos veinte años, subrayando el impacto del biodiésel en el desarrollo sostenible del país, tanto en términos ambientales como sociales y económicos. "En estas dos décadas, hemos producido 77.000 millones de litros de biodiésel, ahorrando US$ 38.000 millones en importaciones de gasóleo", destacó.
Además, el aumento ha resultado en 240 millones de toneladas de dióxido de carbono no emitidas, generando empleos y oportunidades para los agricultores familiares y haciendo del biodiésel "un gran aliado en la transición energética justa e inclusiva del país", agregó.
En términos de crecimiento, los datos de la ANP revelan que en 2023 Brasil produjo más de 7.500 millones de litros de biodiésel, un aumento del 19% en comparación con el año anterior.
Demanda
En 2023, la demanda de gasóleo para transporte por carretera en Brasil experimentó un crecimiento significativo, alcanzando 1.700 millones de litros adicionales. De este incremento, 1.000 millones de litros fueron cubiertos por la producción de biodiésel, correspondiente a la mezcla obligatoria del 12% vigente en ese momento, según datos de la Empresa de Investigación Energética (EPE).
Aunque el crecimiento en la producción de biodiésel aún no logra igualar el ritmo acelerado de la demanda en el sector del transporte, su impacto se ve fortalecido cuando se considera en conjunto con otras iniciativas clave, como la política de etanol, la Política Nacional de Biocombustibles —creada en 2017— y la recién aprobada Ley de Combustibles para el Futuro. En este panorama, la producción de biocombustibles en el país en 2023 también contempló la producción de 35,4 mil millones de litros de etanol y 74,9 millones de m³ de biometano, según el organismo.
La nueva ley también establece mecanismos para estimular la producción y adopción de nuevos biocombustibles avanzados, como el combustible de aviación sostenible (SAF) y el gasóleo verde, producido a partir de residuos orgánicos.
Diversificación
La diversificación de las fuentes de energía bajas en carbono se posiciona como una estrategia clave para reducir la dependencia de la soja como principal materia prima en la producción de biodiésel en Brasil. Según datos de EPE, en 2023, el aceite de soja representó el 69,15% de los insumos utilizados para producir este biocombustible. "Esta dependencia hace que la sociedad sea vulnerable a las fluctuaciones de precios. Por eso, nuestro objetivo es fortalecer las estrategias de diversificación de las fuentes de materias primas para la bioenergía, ampliando el uso de alternativas con bajas emisiones de carbono, como los aceites de cocina usados y las grasas animales", señaló Alexandre Silveira.
Para junio de este año, el Ministerio de Minas y Energía planea emitir una ordenanza conjunta con el Ministerio de Medio Ambiente para establecer un porcentaje mínimo obligatorio de uso de materias primas alternativas. De acuerdo con el titular de la cartera, estas políticas públicas son una clara manifestación del compromiso del gobierno con la expansión de los biocombustibles en la matriz energética brasileña. "Debido a estos avances, en 2024 alcanzamos la marca histórica de 9 mil millones de litros producidos, una cifra que demuestra la importancia del biodiésel para Brasil", afirmó el ministro.
Desarrollo
Silveira resaltó asimismo que los resultados de la industria de biocombustibles no solo reflejan avances en términos de sostenibilidad y energía limpia, sino también en desarrollo económico, creación de empleo y transformación social. Esto ha sido posible gracias a la Política del Sello Biocombustible Social, que en 2024 pasó por una revisión de las reglas creadas en 2004.
Con los cambios, además de los beneficios fiscales y comerciales concedidos a los productores de biodiésel que utilizan materias primas de la agricultura familiar, se crearon líneas de financiación para proyectos de investigación, cadenas de producción y organizaciones de la agricultura familiar.