La fragmentación del Parlamento desafía al gobierno brasileño
El aumento de la fragmentación partidista tras las elecciones brasileñas del pasado domingo (7) exigirá esfuerzo del próximo presidente para obtener apoyo en el Congreso Nacional. Como señalan científicos políticos, la articulación pasa por conseguir ecuacionar la agenda de trabajo con las demandas de los aliados que, según la historia reciente, quieren compartir poder y recursos para atender sus bases.
La representación en la Cámara de Diputados subirá de los actuales 25 partidos para 30. En el Senado, son 15 partidos hoy, pero serán 20 en la próxima legislatura. La elección también implicó la renovación de nombres: de las 54 plazas disputadas en el Senado, 46 serán ocupadas por nuevos parlamentarios. En la Cámara, hubo una renovación del 52% de los diputados, la mayor tasa de cambio en los últimos 20 años.
De acuerdo con el sociólogo y científico político Bolívar Lamounier, con la fragmentación, Brasil alcanzó el índice más alto del mundo de partidos representados en el Parlamento.
Según Aldo Fornazieri, director de la Escuela de Sociología y Política, de São Paulo, la fragmentación es un indicativo de que “cualquiera que sea el elegido, tendrá dificultad para composiciones políticas. No habrá alineación automática. Nadie logrará componer una gran bancada”.
“La alta fragmentación también debe condicionar los ritos de las negociaciones y aumentar los costos para el Ejecutivo”, añade el sociólogo Pedro Célio Borges, de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Federal de Goiás.