Angoleño ciego juega por Brasil en Paralimpiada
El atleta Maurício Dumbo Tchope nació en Angola y se naturalizó brasileño. Hizo su estreno en los Juegos Paralímpicos en el tercer partido de la selección brasileña de Fútbol-5. Vestir la camiseta del país que hoy lleva en el corazón fue solo una victoria más de Tchope, que se quedó ciego durante una infancia afectada por la guerra y llegó de niño a Brasil, donde se licenció como abogado y se destacó en los deportes.
Nacido en 1989, Tchope vivió sus primeros años bajo los horrores de la guerra civil que devastó Angola entre 1975 y 2002. Su padre era un soldado de una de las facciones que luchaban por tomar el control del país, en un conflicto que dejó a Angola sumida en la miseria.
A los cinco años de edad, Tchope sintió el primer efecto de la guerra después de contraer el sarampión y tener que lidiar con la falta de médicos para tratar su enfermedad. “El tratamiento se realizó en casa y me quedé ciego”, recordó. Ciego y viviendo en medio de la guerra, se convirtió en un blanco vulnerable. De ahí que su madre no dudó en enviarlo a Brasil en 2001 a través de un programa de intercambio por el que niños ciegos del país africano llegaron a Brasil para aprender el sistema Braille y tomar clases de informática.
Tchope, que en esa época contaba once años, aún no había aprendido a leer y escribir, pero no quería abandonar a su familia. “Cuando se presentó la oportunidad, yo no quería irme. Entonces mi mamá me dijo que me encontraría con los [jugadores de fútbol] Ronaldo y Adriano. Solo más tarde me di cuenta de que me enviaron para aprender a leer y escribir, y aprender Braille”, dijo en una entrevista con TV Brasil.
Tchope se trasladó a Curitiba, donde tomó gusto por los estudios y no solo aprendió a leer y escribir, sino también se licenció en Derecho. Durante los años de estudio, descubrió el fútbol. En 2014, su dedicación al deporte jugó un importante papel en asegurar su permanencia en Brasil, ya que después de 13 años el gobierno de Angola decidió poner fin al programa de becas que financiaba sus estudios.
Al tiempo, para sobrevivir, recurrió a la ayuda de amigos brasileños, a su remuneración como estudiante en prácticas e incluso a un premio que se ganó en un programa de televisión por anotar goles con los ojos vendados. Fue en esa época que empezó a destacarse en el deporte. En 2015, cuando jugaba por la Asociación Riograndese de Fútbol para Ciegos, Tchope se consagró campeón y fue aclamado como el mejor jugador del Campeonato Brasileño de Fútbol-5. Su buen desempeño llamó la atención de la selección brasileña.
Sin embargo, aún había un obstáculo a superar: Aunque Tchope amaba el país y era brasileño por elección, nunca se había naturalizado.
En el proceso para obtener la ciudadanía brasileña, el hecho de ser un jugador codiciado por la selección fue de gran ayuda. El 2 de septiembre, a menos de una semana de que arrancaran los Juegos Paralímpicos, Tchope recibió una llamada del entrenador de la selección, invitándolo a unirse al equipo.
“Mi nombre no aparece en la primera lista de los 10 jugadores convocados. Había perdido todas las esperanzas. Tardé en creerlo, y solo entonces llamé a mi familia para contarles la buena noticia. Sé que Brasil siempre ha tenido los mejores jugadores y que estar entre los diez primeros en las Paralimpíadas es un enorme privilegio”, dijo.
Ahora, Tchope tiene dos sueños: colgarse la medalla paralímpica por Brasil y ganar dinero para traer a su madre, quien aún vive en Angola, al país que lleva en el corazón.
Traducción: Lucas Magdiel
Fonte: Angoleño ciego juega por Brasil en Paralimpiada