Jugadores de 16 países saldrán a la cancha en una disputa que propone un encuentro entre diferentes culturas y quiere llamar la atención sobre la presencia de personas acogidas en Brasil. Esta es la Copa de los Refugiados, que se celebrará los días 2 y 3 de agosto en la ciudad brasileña de São Paulo, y reunirá a equipos de países como Colombia, Cuba, Angola, Pakistán, Siria, Sierra Leona, Irak y Afganistán.
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Cada equipo contará con siete jugadores y los partidos se disputarán en el barrio Glicério, región ya conocida por la presencia de inmigrantes acogidos por la Misión Paz, de la Iglesia Católica. La gran final será el domingo 3 de agosto. En el primer juego, Camerún se enfrenta a Irak. La Copa de los Refugiados tiene el apoyo de la división brasileña de la organización Cáritas, y del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
El joven músico nigeriano Uchen Henry, de 21 años, es quien está a cargo de la organización de los juegos. Él nos explica que el objetivo es unir a los refugiados y mostrar la realidad de ellos a los brasileños. Henry está en Brasil hace ocho meses, tras haber pasado 14 días escondido en un buque de carga.
Larissa Leite, coordinadora de Relaciones Exteriores de Cáritas, subraya que los juegos serán una oportunidad para señalar las políticas necesarias para acoger a estos pueblos en el país. Entre las medidas clave para ayudar a estas personas, ella señala la orientación profesional y la enseñanza del idioma portugués.
