Hasta abril de este año, el gobierno brasileño recibió más de 1.900 solicitudes de refugio. La mayoría de los pedidos aprobados benefició a los sirios, que constituyen la mayor comunidad extranjera de refugiados en Brasil. Después de ellos, vienen los colombianos, angoleños y libaneses.
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El número de solicitudes de refugio ha aumentado mucho y pasó de cerca de 500 en 2010 a más de 5 mil el año pasado. Los haitianos, con el visado humanitario que les garantiza refugio solo con tan solo comprobar su nacionalidad, no forman parte de estas estadísticas.
Según el fiscal federal para los Derechos del Ciudadano, Aurélio Rios, hay que garantizarles a esas personas que vengan a Brasil condiciones de reanudar sus vidas. "Muchas de esas personas tuvieron la vida destruida, sea por la guerra, por la exclusión, por el racismo. O por la imposibilidad económica o por desastre natural. Entonces, a partir del momento que les concedemos el refugio, eso tiene que significar un compromiso permanente del país con esas personas", dijo.
A pesar del aumento de los pedidos de refugio, se considera el número de concesiones todavía bajo: de las cerca de 1.900 solicitudes hasta abril, sólo 680 se aprobaron. De acuerdo con el fiscal federal, el país tiene que ser más ágil y generoso en las concesiones. Para Rios, problemas como la falta de documentos o de prueba de situación de refugio también contribuyen al bajo número de concesiones.
