La presidenta Dilma Rousseff afirmó este lunes, durante desayuno con periodistas en el Palacio del Planato, que el gobierno tendrá que anunciar medidas “drásticas”. Pero garantizó que eso no significa afectar los programas sociales. La mandatária dijo que tendrá “que controlar más otros gastos y hacer algunas reformas”.
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A pesar de anticipar el difícil entorno económico a partir del próximo año, Rousseff mostró optimismo y dijo estar segura de que Brasil va a sentir una recuperación, independientemente de los resultados de otros países. Ella dijo que “la inflación no se salió de control”.
Al analizar el escenario global, Rousseff dijo que el proceso de crisis, que afectó a todas las naciones, duró más de lo estimado por el mercado internacional y la recuperación de la economía internacional está indefinida, incluso en Estados Unidos, “que tienen una economía muy dinámica”.
La presidenta reconoció los problemas que enfrentan los países en desarrollo, pero, al comentar sobre la situación de los Brics (bloque formado por Brasil, Rusia, La India, China y Sudáfrica), negó que Rusia esté viviendo “al borde de una crisis económica”. Según ella, la economía rusa pasó por una turbulencia monetaria, “pero tiene reservas suficientes”.
