logo Agência Brasil
Derechos Humanos

Fundadora de Madres de Manguinhos: "La lucha dio sentido a mi vida"

Oliveira lleva 10 años buscando justicia por el asesinato de su hijo
Rafael Cardoso - Reportero de Agência Brasil
Publicado en 18/02/2024 - 09:00
Brasilia
Rio de Janeiro (RJ), 24/08/2023 - Ana Paula de Oliveira, mãe de Johnatha de Oliveira, morto em Manguinhos em 2014, fundadora do grupo Mães de Manguinhos, protesta contra a violência policial com mães de outras vítimas. Foto: Fernando Frazão/Agência Brasil
© Fernando Frazão/Agência Brasil/Arquivo

La primera vez que Ana Paula Oliveira se puso en contacto con esta redacción, el 1 de febrero, su estado de ánimo estaba marcado por la tristeza y la frustración. Acababa de recibir la noticia de que el juicio del policía acusado de asesinar a su hijo, Jonatha, no tendría lugar al día siguiente, como estaba programado. A petición del Ministerio Público, se pospuso para el 5 de marzo. Para quienes llevan casi 10 años luchando y esperando justicia, un mes puede sentirse como una eternidad.

"Me sentí profundamente entristecida, decepcionada y algo enfadada. Me pareció una falta de respeto y sensibilidad. Deberían considerar el impacto que esto tiene en una madre que lleva estado luchando casi 10 años. No se trata de un mes o un año; no he esperado este día de brazos cruzados. Lo he perseguido incansablemente, sacrificando muchos aspectos de mi vida, incluyendo mi carrera profesional y tiempo con mi familia. Recibir esta noticia en vísperas del juicio fue devastador", expresó Ana Paula Oliveira.

Pocos días después, Ana Paula Oliveira respondió al teléfono con un espíritu renovado. A través de todas las pruebas a las que se ha enfrentado, ha aprendido a superar obstáculos y encontrar fuerzas en medio de la adversidad. Una vez más, la esperanza llenaba su corazón.

Ana Paula Oliveira, de 47 años, nació y creció en la favela de Manguinhos, en la Zona Norte de Río de Janeiro. Su historia se entrelaza con la de sus abuelos y padres, quienes se establecieron en la década de los sesenta tras ser realojados junto a otros residentes de las favelas de Caju, en la Zona Portuaria, y Praia do Pinto, en Leblon, Zona Sur. Aunque cuenta con una licenciatura en pedagogía, en la actualidad dedica todo su tiempo a buscar justicia por el asesinato de su hijo y a respaldar a otras madres que enfrentan problemas similares.

La tarde del 14 de mayo de 2014, Jonatha regresaba a casa después de visitar a su abuela cuando se vio envuelto en un enfrentamiento entre policías y residentes de la favela. Un disparo proveniente de un agente de la Unidad de Policía Pacificadora impactó en la espalda del joven de 19 años. A pesar de ser trasladado de inmediato a la Unidad de Cuidados de Urgencia, falleció en el lugar. La familia presentó una denuncia en la comisaría y comenzó a presionar para que la investigación progresara. En el momento del asesinato de Jonatha, la policía proporcionó versiones contradictorias y el avance de la investigación fue notablemente lento.

Ana Paula de Oliveira, fundadora do grupo Mães de Manguinhos. Foto: Tânia Rêgo/Agência Brasil
Oliveira fundó el grupo "Madres de Manguinhos" junto a Fátima Pinho, quien también perdió a su hijo por un acto de violencia. - Tânia Rêgo/Agência Brasil

En el transcurso de este prolongado proceso, Oliveira fundó el grupo "Madres de Manguinhos" (Mães de Manguinhos) junto a Fátima Pinho, quien también perdió a su hijo por un acto de violencia. Ambas empezaron a acoger a otras víctimas y a exigir respuestas a las autoridades. En el caso de Oliveira, las investigaciones señalaron al policía militar Alessandro Marcelino de Souza como autor del disparo que causó la muerte de Jonatha, y finalmente se programó el juicio.

"Él está muy seguro de la impunidad, entre otras cosas porque mi hijo no fue su primera víctima. Recuerdo haber leído en un artículo que el soldado Alessandro Marcelino de Souza  iba a sentarse de nuevo en el banquillo de los acusados. Había sido acusado de triple homicidio, dos intentos de homicidio, e incluso estuvo un mes en prisión. Estaba convencido de que tenía poder para quitar vidas impunemente. Sin embargo, esta vez se cruzó en el camino de mi hijo y, mientras tenga aliento, perseguiré esta búsqueda de justicia y verdad", expresó Ana Paula Oliveira.

Lleva años esperando y confía en que el 5 de marzo se llegue a una resolución. Para ella, el castigo del policía sentará un precedente crucial para todas las víctimas que luchan contra la violencia y la impunidad, no solo en el caso de los policías, sino también para otros agentes del Estado.

"Jonatha puede que nunca regrese, pero podemos evitar que se pierdan otras vidas. Eso es lo que realmente me importa y lo que da sentido a mi vida. Me aferro a la creencia de que, junto con innumerables personas, como otras madres, organizaciones y medios de comunicación, podemos lograr un cambio positivo en la sociedad. Esta debe ser la lucha de todos. Persistiremos en nuestra misión, y elijo creer en la justicia. No hay vuelta atrás; solo seguimos adelante. Queremos ser la voz de miles de madres que no pueden alzarse y hablar", añadió Oliveira.