En Brasil, uno de cada cuatro jóvenes declara haber sufrido violencia
Los brasileños de 15 a 29 años están más expuestos a la violencia física, psicológica y sexual. Más de un cuarto de los jóvenes (27%) dijo haber sido víctima de algún tipo de agresión en los 12 meses anteriores a la Encuesta Nacional de Salud 2019 (PNS/IBGE).
Ese año, la tasa de violencia para este grupo de edad (307,52 casos/100.000 personas) fue 2,07 veces mayor en comparación con la población adulta. En el caso de los adolescentes entre 15 y 19 años, la cifra es aún peor: 397 casos por cada 100.000 habitantes.
"En todas las regiones de Brasil, el grupo de edad joven-adolescente (15 a 19 años) constituye el principal grupo de víctimas de violencia", describe el informe titulado "Panorama de la Situación de Salud de los Jóvenes Brasileños de 2016 a 2022: Intersecciones entre Juventud, Salud y Trabajo", divulgado esta semana por la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz).
Además de los datos de la PNS, el dossier recoge información de la Encuesta Nacional Continua por Muestreo de Domicilios (PNAD/IBGE) y aporta resultados de las bases de datos de la red pública de salud brasileña, el SUS. En el momento de la investigación, la población de 15 a 29 años representaba 49 millones de personas (el 23% de los brasileños).
Según el diagnóstico, un hombre joven tiene cuatro veces más probabilidades de morir que una mujer: tasas de mortalidad del 80,3% y el 19,7%, respectivamente. Entre los hombres jóvenes, la proporción de negros y mestizos que mueren prematuramente (68%) es más del doble que la de los blancos (29%).
"Las causas externas vinculadas a la violencia y los accidentes de tráfico figuran entre los principales contribuyentes a la mortalidad. Afectan sobre todo a los jóvenes, quienes presentan las tasas más altas de mortalidad por causas externas", revela el Panorama.
Trabajo y salud
El dossier de la Fiocruz señala que el 70,1% de los jóvenes de entre 18 y 24 años están empleados o buscan trabajo. Sus condiciones laborales, sin embargo, son más volátiles que en los grupos de mayor edad, están más expuestos a la informalidad y a la rotación, tienen jornadas más largas pero salarios más bajos y cuentan con menos protección social.
"El trabajo constituye un aspecto fundamental en la vida de los jóvenes en Brasil. Trabajan mucho, aunque en peores condiciones", resume la socióloga Helena Abramo, encargada del Panorama. La investigadora destaca que, además de la naturaleza exigente de sus empleos, hay una significativa "superposición entre trabajo y estudio": la mitad de aquellos que estudian también trabajan. Para las mujeres, el impacto es aún más notable debido a la histórica acumulación de responsabilidades domésticas y cuidado familiar, a menudo asumidas desde una edad temprana.
La carga de trabajo repercute en la salud de ambos sexos. El dossier advierte que "casi la mitad (46,6%) de los jóvenes ocupados mayores de 18 años estuvieron expuestos, al menos una vez en los 12 meses anteriores a la encuesta, a factores que podían afectar a su salud en el trabajo. Esta estadística equivale a más de una cuarta parte (28%) de todos los jóvenes brasileños".
"Los hombres jóvenes exhiben tasas más elevadas y constituyen la mayoría de las hospitalizaciones. Más del 54% de los jóvenes ingresados en hospitales eran hombres. Los trastornos mentales surgieron como la causa principal de hospitalización entre los hombres jóvenes, incluyendo condiciones como la esquizofrenia, la psicosis, el consumo de múltiples drogas y otras sustancias psicoactivas, así como el consumo de alcohol", se destaca en el dossier.
Accidentes laborales
El Panorama también revela que, entre 2016 y 2022, se registraron 1.045.790 accidentes de trabajo en todo el país. Casi un tercio de estos accidentes involucraron a jóvenes de entre 15 y 29 años, totalizando 345.441 incidentes. De los lesionados, ocho de cada diez (78%) eran hombres. El documento describe que las ocupaciones más asociadas a los accidentes son las de la industria, los servicios y el comercio.
Según la Fiocruz, los datos recopilados en el Panorama serán utilizados como insumo para la formulación de políticas de salud orientadas a los jóvenes. Helena Abramo sostiene que la sistematización de estas acciones puede contribuir a abordar las deficiencias existentes en las iniciativas del país.