De 37 países, Brasil ocupa 2.º lugar en porcentaje de jóvenes ninis
De acuerdo con el informe Education at a Glance 2022 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Brasil es el segundo país, entre los 37 analizados, con la mayor proporción de jóvenes de entre 18 y 24 años que no estudian ni trabajan, solo por detrás de África del Sur.
En ese grupo de edad, dichos jóvenes representan el 36% del total. "Esto los deja particularmente en riesgo de desvinculación a largo plazo del mercado laboral", advierte el informe, que analiza la educación en 34 de los 28 países miembros de la OCDE, además de Brasil, Sudáfrica y Argentina.
Carlos Alberto Santos, de 18 años de edad, está dedicado a cambiar esta situación. Recientemente, completó su educación secundaria y también ha finalizado un curso técnico en administración. A pesar de haber estado sin trabajo durante diez meses, ha realizado otros cursos complementarios y está buscando activamente oportunidades en el mercado laboral.
"Este período es preocupante, ya que al cumplir 18 años en marzo, haber dejado las prácticas y terminar los cursos, a veces uno se siente naturalmente un poco inútil. Por un lado, se pierde la perspectiva, especialmente cuando se ha invertido mucho esfuerzo y dedicación. Me he presentado a varias vacantes y he asistido a muchas entrevistas en diferentes lugares, tanto en São Paulo como cerca de mi ciudad, y realmente es preocupante", dice el joven, quien reside en Ferraz de Vasconcelos, una ciudad de la región metropolitana de São Paulo.
De familia humilde, vive con su madre y su hermana y conserva las lecciones de su padre fallecido. "Mi padre solía decirnos que debíamos estudiar y que, si queríamos lograr nuestros deseos, era crucial que pusiéramos el estudio como prioridad y nos esforzáramos. Mi madre comparte esa misma opinión, y aunque no siento presión, al contrario, sé que es importante tener un empleo. Deseo tener mi propio espacio y me dedicaré a conseguirlo", dice.
Causas
Las causas y la cantidad de jóvenes que no estudian ni trabajan varían según los ingresos familiares, pero son principalmente los más pobres quienes se encuentran en esta situación. Según la socióloga Camila Ikuta del Departamento Intersindical de Estadística y Estudios Socioeconómicos (Dieese), "la situación de los jóvenes que no estudian, no trabajan y no buscan empleo está relacionada con su origen socioeconómico. Es más común entre los jóvenes de familias más pobres, especialmente las mujeres jóvenes, quienes se ven obligadas a dejar de estudiar y trabajar para realizar tareas domésticas, cuidar a los hijos o atender a los ancianos u otros miembros de la familia. Este trabajo valioso no es reconocido como debería. En las familias más acomodadas, esta condición incluye a jóvenes de menor edad, en general cuando se están preparando para ingresar a la universidad".
Un diagnóstico realizado por la Subsecretaría de Estadística y Estudios Laborales del Ministerio de Trabajo y Empleo reveló que, de los 207 millones de habitantes de Brasil, el 17% corresponden a jóvenes de 14 a 24 años. De este grupo, 5,2 millones se encuentran desempleados, lo que representa el 55% de todas las personas en esta situación en el país, que suman 9,4 millones. Entre los jóvenes desempleados, el 52% son mujeres y el 66% son de origen negro o mestizo. Por otro lado, hay 7,1 millones de jóvenes que ni trabajan ni estudian, conocidos como "ninis", de los cuales el 60% son mujeres, la mayoría con hijos pequeños, y el 68% son de origen negro o mestizo.
Enid Rocha, economista del Instituto de Investigación Económica Aplicada (Ipea) y especialista en infancia y juventud, asegura que la desigualdad de ingresos tiene un impacto en la situación de los jóvenes ninis. Sin embargo, dice, lo preocupante es cuando los jóvenes se desvinculan por completo: "Esto significa que no forman parte de la población activa, ya no buscan empleo y han perdido interés. Incluso es difícil encontrarlos, ya que no están registrados en las escuelas ni en el Sistema Nacional de Empleo [Sine]."
Políticas públicas
Según la economista del Ipea, es crucial buscar de manera activa a los jóvenes que están desvinculados. "Es importante saber dónde se encuentran y ofrecerles lo que les falta, brindándoles una segunda oportunidad de educación. Además, el mercado laboral también debe buscar a estos jóvenes y darles una oportunidad a través de programas de aprendizaje en empresas. Aunque existen estos programas, en realidad se les da preferencia a jóvenes con mayor nivel educativo. Estos programas deberían alentar a las empresas a contratar a estos jóvenes para que adquieran experiencia profesional, pero lamentablemente eso no es lo que sucede. Debería promoverse la oferta de trabajo para estos jóvenes a través de una política activa del mercado laboral."
El joven Carlos Alberto expresa su frustración por la falta de oportunidades. "Además de tener cualificaciones, es importante brindar a las personas la oportunidad de obtener un empleo. Se puede capacitar a las personas mientras trabajan, ayudar a los jóvenes a adquirir habilidades y al mismo tiempo recibir ingresos para apoyar a sus familias y a sí mismos. No se trata solo de enfocarse en las cualificaciones, los cursos por sí solos no son suficientes. Creo que es demasiado poco y poco específico", argumenta el chico.
Permanencia estudiantil y primer empleo
Daiane Araújo, de 26 años, estudiante de arquitectura y urbanismo, directora de la Unión Nacional de Estudiantes (UNE) y portavoz del Levante Popular da Juventude —una organización de jóvenes activistas—, aboga por políticas de permanencia y apoyo a los estudiantes y destaca la difícil realidad de los jóvenes en Brasil, cujas familias se enfrentan altas tasas de desempleo y vuelven al mapa del hambre. Ante esta situación, dice, es crucial implementar políticas de permanencia estudiantil que brinden acceso a la educación y permitan a los jóvenes mantenerse en la escuela.
Araújo también resalta otra medida: las políticas enfocadas en el primer empleo. Estos jóvenes, dice, solo consiguen trabajos más "uberizados" o precarios, por lo que es necesario reflexionar sobre una política específica para el primer empleo, tanto para aquellos que terminan la educación secundaria como para aquellos que, a pesar de su formación académica, no encuentran oportunidades en el mercado laboral.