X Prize:Tecnología para conocer mejor a los bosques tropicales
Los retos a los que se enfrentan quienes estudian biomas de todo el mundo son muchos, y cuando el entorno es tan grande y denso como el de los bosques tropicales, también adquieren proporciones magnificadas, como la dificultad de acceder a la rama más alta de un árbol de 50 metros.
Para superar estas limitaciones y avanzar en el registro científico de lo que existe en toda la extensión del ecosistema presente en la zona central del planeta, se puso en marcha el concurso mundial XPrize Rainforest, que ahora llega a su fase final.
“Todavía sabemos muy poco de toda la biodiversidad del planeta. No conocemos el famoso inventario forestal y eso es exactamente lo que está haciendo XPrize Rainforest: cartografiar para conocer y conocer para proteger”, dijo Pedro Hartung, director ejecutivo del Instituto Alana, que financia el premio, durante el lanzamiento de la fase final en Manaos.
Uno de los informes mundiales más completos sobre biodiversidad, el Living Planet –publicado por la organización no gubernamental WWF– señalaba en 2022 que en 40 años se había producido una reducción media del 69% de la fauna mundial. Muchas especies ni siquiera han recibido nunca un nombre por parte de la ciencia, ya que el 80% de los 10 millones de formas de vida que se calcula que hay en el planeta nunca han sido estudiadas ni registradas.
El reto lanzado por el concurso es acelerar el desarrollo de soluciones tecnológicas que permitan acceder a los distintos entornos de los bosques tropicales y recopilar información para poder catalogarlos y posibilitar estrategias de conservación y desarrollo sostenible.
El premio final es de US$ 10 millones, que se repartirán entre los ganadores del primer puesto (US$ 5 millones), el segundo (US$ 2 millones) y el tercero (US$ 500 mil). Los US$ 2,5 millones restantes se dividieron en premios a los competidores que pasaron a las fases semifinal y final.
Según el vicepresidente de Biodiversidad y Conservación de la Fundación XPrize, Peter Houlihan, el ritmo acelerado de la pérdida de biodiversidad y de servicios ecosistémicos de los que depende la humanidad fue un factor determinante en la búsqueda de estas soluciones. “No podemos proteger partes del planeta si no somos capaces de medir y controlar lo que hay en él”, subraya.
Lanzada en 2019, la competición comenzó con 300 equipos que fueron evaluados a medida que avanzaban por las fases de investigación, desarrollo tecnológico e implementación de soluciones.
Casi cinco años después, las seis mejores soluciones pasaron a la prueba final este mes de julio, dentro de la Reserva de Desarrollo Sostenible de Río Negro, a unos 25 kilómetros de Manaos, en Amazonas.
Los equipos finalistas son el Brazilian Team, formado en su mayoría por científicos e investigadores brasileños; Providence +, integrado por representantes de universidades e instituciones brasileñas y españolas; ETH BiodivX, registrado como suizo, pero que reúne a científicos de varias partes del mundo, incluidos brasileños; y los estadounidenses Map of Life, Welcome to the Jungle y Limelight Rainforest, también con experiencia mundial.
En esta fase final de verificación, cada grupo tuvo la oportunidad de demostrar las mejoras adoptadas desde la semifinal, celebrada en Singapur en 2023. La prueba se llevó a cabo en una zona de 100 hectáreas de la selva amazónica, en la que los investigadores pudieron capturar muestras de cualquier extracto, como vegetación, aire, suelo y agua durante 24 horas, produciendo datos en tiempo real que podían generarse en hasta 48 horas.
Hasta que se anuncien los ganadores en noviembre, durante la cumbre del G20 en Río de Janeiro, el jurado evaluará los resultados obtenidos en relación con los criterios de innovación, validación de datos, sensibilización social y escalabilidad de las innovaciones.
Tecnología
En común, los seis equipos presentan soluciones estructuradas en torno a la adaptación de drones, micrófonos, cámaras, sensores ópticos, uso de robots, inteligencia artificial y laboratorios compactos para analizar el ADN medioambiental. Según Houlihan, la decisión sobre el premio se basará en cómo los científicos combinan diferentes conocimientos en el uso de estas innovaciones, teniendo en cuenta la inclusión de la sabiduría de las comunidades locales, el legado científico y, sobre todo, el bajo coste.
“Si estas soluciones pueden ser utilizadas en todo el mundo, por diferentes gestores de parques, por comunidades indígenas, por quienquiera que esté trabajando para proteger su entorno, el mapeo y la monitorización pueden servir como herramientas para proteger la biodiversidad en sus territorios y, por esta razón, una de las partes más importantes de los objetivos del premio es hacer que las soluciones sean escalables y accesibles.”
Para el ejecutivo, si estas innovaciones llegan a todas las regiones de selvas tropicales, podrían prevenir delitos como la biopiratería, la tala de bosques para la minería o la tala ilegal.
“Estas tecnologías podrían tener un impacto en la protección de la biodiversidad también al poder vigilar este tipo de actividades ilegales.”
Concursos
La Fundación XPrize es una organización sin ánimo de lucro con sede en California (EE.UU.) que organiza concursos mundiales en busca de soluciones a los mayores retos de la humanidad, basándose en un modelo de democratización de las innovaciones y fomento de los recursos humanos.
Los concursos son financiados por iniciativas filantrópicas con la donación de US$ 10 millones realizada por el Instituto Alana, una organización de la sociedad civil también sin ánimo de lucro y que promueve acciones para proteger los derechos de los niños y adolescentes en Brasil.
Los concursos ya han sacado adelante más de 30 innovaciones tecnológicas, con premios que suman más de US$ 500 millones, invertidos en las más diversas áreas del conocimiento, como la salud, la exploración espacial, el clima y la energía, y el desarrollo humano. Un consejo de innovación que reúne a 44 filántropos de todo el mundo define los temas centrales de los nuevos retos.
*El reportero y el fotógrafo Fábio Pozzebom viajaron invitados por el Instituto Alana.