Amazonía, la biodiversidad que generó un modelo de negocio
Investigaciones realizadas en el Centro de Bionegocios de la Amazonía (CBA), en Manaos, apuntan a nuevos modelos de negocio basados en soluciones innovadoras y sostenibles a partir de la biodiversidad que se encuentra en la mayor selva tropical del mundo. Son materiales y tecnologías que permiten la transición hacia una economía verde, asociada al desarrollo de las comunidades tradicionales y los pueblos indígenas de la región.
En mayo de 2023, la letra B del acrónimo CBA pasó de biotecnología a bionegocios, para reforzar la idea de que el centro va más allá de ser un lugar de creación de productos y soluciones y también de oportunidades para un mercado en gran expansión.
Un decreto presidencial propició el cambio y la reorganización jurídica que separó la institución de la Superintendencia de la Zona Franca de Manaos (Suframa) y la vinculó a la organización social Fundación Universitas de Estudios Amazónicos (FUEA).
Según el secretario de Economía Verde, Descarbonización y Bioindustria del Ministerio de Desarrollo, Industria, Comercio y Servicios (MDIC), Rodrigo Rollemberg, la autonomía conquistada el año pasado ha abierto posibilidades para convertir las investigaciones desarrolladas con recursos naturales de la Amazonia en verdaderos modelos de negocio.
"Hoy uno de los grandes desafíos y una de las misiones de la política industrial brasileña es cambiar insumos que vienen de la industria petroquímica por biomasa brasileña", enfatizó.
Rollemberg dijo que los proyectos de tecnología sostenible que se han desarrollado ya han llevado, por ejemplo, a la comercialización a gran escala de plástico producido a partir de erizos de castaña para sustituir a los materiales petroquímicos en la industria automovilística.
Otros proyectos prometedores, según el secretario, están en proceso de negociación con las industrias alimentaria, farmacéutica e informática, el mercado energético y de insumos agrícolas.
"La idea es que aquí no sólo investiguemos, sino que seamos un hub que promueva una propuesta de innovación abierta, con espacios para incubar oficinas, laboratorios de start-ups y promover un ambiente que discuta los negocios", explica el director de operaciones del CBA, Caio Perecin.
Añadir valor
Una de las preocupaciones con los productos de la biodiversidad es añadir valor desde el principio de la cadena hasta el producto final, mejorando la calidad inicial del recurso y llevando la formación profesional a cada etapa de la producción. Un ejemplo de investigación llevada a cabo en el Centro fue la verticalización de la cadena del açaí, que suele salir de la región a precios bajos y se procesa y vende en otros países por un precio hasta 10 veces superior al inicial.
Para beneficiar a la cadena, se han llevado a cabo investigaciones para identificar la capacidad de procesamiento para las industrias farmacéutica y nutricional. Según el gerente del centro de Productos Naturales del CBA, Edson Pablo Silva, algunas investigaciones ya están en fase de estudio clínico, con empresas interesadas en comercializarlas.
"Hemos desarrollado una bebida nutracéutica a partir del açaí, rica en compuestos fenólicos [con poder antioxidante]. Nuestro objetivo era precisamente desarrollar este producto para actuar sobre algunas enfermedades olvidadas, como la aterosclerosis, las enfermedades hepáticas, las enfermedades cardiovasculares y la obesidad", explica.
En el proceso de desarrollo de los productos también hay una preocupación por el tratamiento de todos los subproductos resultantes del proceso. "A partir de los subproductos de esta bebida, hemos desarrollado productos de panadería que pueden incluirse en las comidas escolares. Hemos conseguido un pan integral con menor porcentaje de trigo y mayor valor nutritivo. Como nuestro trigo es importado, también se reduce el impacto del dólar en estos productos", explica Edson.
Actualmente, el espacio cuenta con 26 laboratorios de investigación aplicada distribuidos en seis centros operativos de productos naturales, materiales y energía, tecnología vegetal, bioinsumos, tecnología industrial y el centro analítico de apoyo a las empresas. También hay una estructura hotelera con 27 pisos que se reactivarán para alojamiento de empresas.
El director de operaciones del centro explica que, además de un contrato de gestión con el Ministerio de Desarrollo, Industria, Comercio y Servicios para transferencias financieras, que garantizan el mantenimiento y la modernización del edificio, de R$ 12 millones al año, el CBA tiene como objetivo recaudar R$ 120 millones en cuatro años mediante la contratación y el desarrollo de proyectos y servicios innovadores.
"La idea es destinar el 30% de esta financiación a inversiones de apoyo a las cadenas productivas de las comunidades y pueblos tradicionales", sostiene Perecin.