La alcaldía de Linhares, ciudad del estado brasileño de Espírito Santo, bloqueó el acceso a dos playas después de que llegó al mar el barro proveniente de las presas de relaves que se rompieron el pasado día 5 en la ciudad de Mariana, estado de Minas Gerais. La municipalidad puso placas a lo largo de las playas indicando que el agua no está apta para el baño.
El barro que viene por el río Doce llegó al mar el domingo y, según el Ministerio de Medio Ambiente, debe extenderse por 9 km costa afuera. La población de las playas bloqueadas vive de la pesca y del turismo y sus actividades están perjudicadas por el agua fangosa que avanza hacia el océano.
El pasado viernes, la Justicia de Linhares determinó que Samarco, la empresa responsable de las presas rotas, retirara las boyas de contención instaladas y abriera la boca del rio Doce para que los desechos se disipen en el mar. Según los técnicos ambientales escuchados por la justicia, la retención traería más problemas, como el riesgo de inundaciones.
La decisión va en contra de lo que determinó la Justicia Federal, que requirió que la compañía minera tomara medidas para evitar la llegada del barro al océano.
Samarco emitió un comunicado en el que afirma estar adoptando medidas con el fin de dirigir el barro al mar y proteger la flora y la fauna en la desembocadura del río Doce.
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