São Paulo tiene déficit de 230 mil viviendas
Con sus 12 millones de habitantes y un déficit de 230 mil viviendas, la ciudad de Sao Paulo vive una emergencia habitacional, dice la urbanista y ex Relatora Especial de las Naciones Unidas (ONU) sobre el Derecho a una Vivienda Adecuada, Raquel Rolnik. Según ella, la situación se ha visto agravada en los últimos dos años. Ante la falta de acceso a la vivienda, terrenos y edificios abandonados de esa metrópoli son ocupados por familias pobres que no pueden pagar los alquileres.
“Experimentamos un ciclo de expansión económica en la ciudad, que registró un aumento de ingresos y un enorme aumento en la disponibilidad de crédito para la compra de inmuebles. Así que los precios subieron muy por encima del aumento de los ingresos de las personas. Eso significa que terrenos y edificios absorbieron una parte importante de las riquezas que se produjeron en la ciudad”, explica Raquel Rolnik.
Movimientos en defensa del derecho a la vivienda estiman que existen 100 terrenos e inmuebles ocupados en toda la ciudad. En la región central, donde según la municipalidad habría 90 edificios abandonados, se pueden observar banderas del Movimiento de Trabajadores sin Techo (MTST), de la Frente de Lucha por la Vivienda (FLM) y del Movimiento sin Techo del Centro (MSTC) colgadas de varios edificios en decrépito estado. En general, esos espacios abandonados pertenecen a una masa de quiebra o a órganos públicos. También hay casos de propietarios con deudas tributarias y documentación irregular.
Guilherme Boulos, coordinador nacional del MTST, confirma que la ciudad ha experimentado una expansión de ocupaciones en dos años. “Desde el 2013 hasta la fecha, no solo en Sao Paulo, sino que en varias regiones metropolitanas del país, hubo un aumento significativo de ocupaciones, un fenómeno que, en mi opinión, está directamente relacionado con la explosión de la especulación inmobiliaria. En Brasil, la tierra se convirtió en oro y el alquiler en algo impagable."
La imposibilidad de cubrir todos los gastos, en especial el alquiler mensual de US$ 118,46, hizo que Daniele Araújo Adelino, de 17 años, se mudara, hace dos años, para la ocupación Douglas Rodrigues, en la zona norte de la ciudad. En aquel entonces embarazada de gemelos, descubrió que tenía cáncer y que los bebés nacerían con problemas pulmonares. La familia tuvo que deshacerse de las pocas posesiones que tenía, como móvil y bicicleta, para comprar medicamentos y una leche especial para los niños. El ingreso mensual de US$ 105,30 que percibía su marido, quien trabajaba como repartidor de muebles, no era suficiente para pagar todas las deudas.
“Este lugar fue lo que salvó nuestras vidas. Estamos felices aquí. Aunque no tenemos nada que comer, siempre que tengamos para ellos [los bebés], eso es todo lo que necesitamos”, afirma Daniele.
Para Boulos, las grandes promotoras inmobiliarias son las responsables de la especulación inmobiliaria. Esas empresas abandonan terrenos o edificios con el objetivo de beneficiarse en el futuro con las inversiones públicas de infraestructura en la región. “Ellas calbidean con el gobierno para viabilizar esas obras. Por lo tanto, un terreno que costaba R$ 100,00 (US$ 26,33) el metro cuadrado, luego de estas obras de mejora pasa a costar R$ 300,00 (US$ 79,00)”, explica.
Otro agravante es que se invierte poco en la construcción de viviendas populares. La meta de la municipalidad de São Paulo de construir 55 mil viviendas hasta el 2016 está lejos de ser alcanzada. Hasta junio de este año fueron entregadas 4.944 unidades como parte de 39 proyectos, según datos del Sistema de Informaciones para Vivienda Social de São Paulo (Habisp). Hay todavía 17.140 casas en construcción y 31.040 en fase de diseño.
Ante ese panorama, ocupar fue la única solución encontrada por los excluidos del mercado inmobiliario que cobra un promedio de US$ 291,29 por el alquiler de un apartamento de dos dormitorios, con 50 metros cuadrados, ubicado en el centro, según informó el sindicato de las empresas del sector de inmuebles. Hace 10 años, el valor promedio del alquiler de ese mimo apartamento era de US$ 92,67.
“Las ocupaciones surgen como una alternativa. Por supuesto, la existencia de edificios deshabitados, infrautilizados y terrenos vacíos contribuye a esa situación”, comenta Raquel Rolnik.
Una vez que hogar ocupado no es lo mismo que vivienda permanente, la mayoría de las ocupaciones acaban en dramáticos y a menudo violentos desalojos respaldados por la Policía Militar.
Hasta finales de mayo de este año, se registraron 1.659 solicitudes de reintegración de posesión solo en la ciudad de São Paulo.
Traducción: Lucas Magdiel
Fonte: São Paulo tiene déficit de 230 mil viviendas