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Medio ambiente

Tierras indígenas amazónicas son motor de lluvias para la agricultura

Las llluvias benefician al 80% de de la producción nacional
Paula Laboissière - Reportera de Agência Brasil
Publicado en 08/12/2024 - 09:00
Brasilia
Terra Indígena Alto Rio Guamá. Foto: Fundação Nacional dos Povos Indígenas/Gov
© Fundação Nacional dos Povos Indígenas/Gov

Un reciente estudio del Instituto Serrapilheira, una organización privada sin ánimo de lucro dedicada a promover la ciencia en Brasil, subraya la importancia vital de las tierras indígenas de la Amazonia para el ciclo hidrológico y su impacto directo en la agricultura del país.

Estas áreas no solo desempeñan un papel clave en la preservación ambiental, sino que también contribuyen significativamente a la producción agrícola, que genera el 80% de la producción nacional y alcanzó ingresos de R$ 338.000 millones en 2021, lo que representa el 57% del total económico del sector.

En estados como Acre, Mato Grosso y Paraná, estas lluvias representan hasta un tercio del total anual, destacando la interdependencia entre las áreas conservadas y las zonas agrícolas productivas.

Seguridad alimentaria

El informe también vincula la conservación de estas áreas con la seguridad alimentaria nacional, ya que en varias regiones influenciadas por las lluvias amazónicas, la agricultura familiar genera más del 50% del valor de la producción total.

Las tierras indígenas contribuyen al reciclaje eficiente de agua, destaca el instituto, un proceso que genera hasta el 30% de las precipitaciones en las tierras agrícolas del país. Este fenómeno, conocido como ríos voladores, transporta la humedad reciclada en los bosques amazónicos hacia otras regiones como el Centro-Oeste y el Sur, vitales para la agricultura.

Barrera a la deforestación

Las tierras indígenas ocupan el 23% de la Amazonia Legal y han demostrado ser una barrera eficaz contra la deforestación. Entre 2019 y 2023, solo el 3% de las 4,4 millones de hectáreas deforestadas ocurrió dentro de estos territorios, a pesar de que Rondônia y Mato Grosso figuran entre los estados más deforestados desde 1985.

La gestión de estas tierras, que se integra de manera sostenible con los ecosistemas, es clave para preservar los bosques nativos y garantizar la estabilidad climática. "Esto evidencia una relación intrínseca entre la protección territorial de los pueblos indígenas y la conservación de los ecosistemas", concluye el estudio.