La seguridad energética de Brasil depende de fuentes limpias
La garantía de seguridad en la oferta y precios bajos en la factura de luz y en los combustibles en Brasil está directamente relacionada con la ampliación de las llamadas fuentes energéticas limpias, como la energía eólica, solar, biomasa, biocombustibles, entre otras. Lo dijo el ministro de Minas y Energía, Moreira Franco, en una entrevista exclusiva con vehículos de la Empresa Brasil de Comunicación el martes (13), cuando analizó el escenario del sector en el país.
“Tenemos algunas iniciativas importantes, como el programa Renovabio [Política Nacional de Biocombustibles], que es reconocido internacionalmente y tiene metas extremadamente audaces. Estamos empeñados en garantizar energía limpia, lo que significa excluir poco a poco las fuentes contaminantes que vienen siendo causa de grandes trastornos ambientales”, afirmó Franco.
La principal meta del Renovabio, que entró en vigor este año, es reducir en un 10% las emisiones de carbono en la matriz de combustibles del país, lo que corresponde a la retirada de 600 millones de toneladas de carbono de la atmósfera hasta 2028. Eso debe expandir el mercado brasileño de etanol y biodiesel.
En el campo de la generación de energía eléctrica, Moreira Franco dice que Brasil ya no puede depender tanto de la matriz hidroeléctrica, que representa más del 63% de la capacidad de generación del país. “Con las decisiones derivadas de una visión ambiental, los reservorios [en hidroeléctricas] están prohibidos. Se trabaja con la línea de agua. Eso pasó a ser un elemento de debilidad de ese modelo”, dijo el ministro.
Según Franco, el principal desafío en ese escenario es incorporar fuentes limpias a la estructura de distribución de energía, lo que va a impactar en la reducción de precios.
“El costo de producción de las energías limpias es mucho más bajo que de otras fuentes, pero ese precio es fundamental que el consumidor lo sienta en su bolsillo. El sistema aún no logra absorber esa diferencia de costo y la energía llega a un precio muy alto. Además de generar energía limpia y garantizar un sistema robusto, necesitamos tener energía a precio justo”, afirmó Franco.
Él también habló sobre la necesidad de eliminar los subsidios pagados por los consumidores en la factura de luz para financiar políticas públicas que no tienen nada que ver con el sector eléctrico.
Brasil lidera en América Latina
La bioenergía representó el 42,1% del consumo total de energía en la industria brasileña en 2017, contra el 7,6% del promedio mundial. En los transportes, el indicador fue del 19,8% en Brasil contra el promedio mundial del 3%. En las proyecciones del gobierno brasileño, las metas establecidas por el Renovabio para 2028 van a inducir inversiones que pueden llegar a US$ 330 millones en la próxima década.
En el sector de energía eléctrica, el destaque ha sido la expansión de la oferta eólica, que ya responde por el 8,5% de la disponibilidad de generación en el país. Actualmente Brasil disputa, con Francia y Canadá, el séptimo lugar entre los países que más invierten en esa fuente. “Hoy día somos el más grande generador de energía eólica de América Latina, con 520 parques y más de 6,6 mil aerogeneradores en operación. El año pasado, el monto generado por las turbinas eólicas fue equivalente al consumo promedio mensual de 22 millones de hogares. El número de empleos directos en el sector ya supera los 150 mil”, dijo el ministro brasileño la semana pasada, durante la 9.ª edición del Brazil Wind Power, el más grande evento del hemisferio Sur orientado al desarrollo de negocios en energía eólica.
En términos de capacidad instalada, la energía eólica responde por el 30% de los emprendimientos en construcción y el 27% de los emprendimientos a ser iniciados, informa el ministerio. Brasil también viene expandiendo su potencial de generación de energía solar fotovoltaica. De acuerdo con el Plan Decenal de Expansión de Energía, hasta 2026 la capacidad instalada solar llegará a 13.000 MW, lo que representará el 5,7% del total de la generación en el país.
“No solo por la cuestión ambiental, pero sobre todo para que podamos explotar tecnológicamente esas alternativas, cada vez más la energía va a ser importante. De aquí en adelante, nadie podrá vivir sin un enchufe al lado, incluso para moverse en las grandes ciudades, con un coche eléctrico”, dijo Moreira Franco.