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En 38 años, Brasil quemó un área del tamaño de Colombia y Chile

Los datos indican que el 21,8% del país se vio afectado por incendios
Paulliny Tort – Reportera de Agência Brasil
Publicado en 30/04/2023 - 08:13
Brasília
Alto Paraíso de Goiás (GO) -  Queimadas em área de Cerrado do município de Alto Paraíso próxima ao Parque Nacional da Chapada dos Veadeiros (Marcelo Camargo/Agência Brasil)
© Marcelo Camargo/Agência Brasil

En 38 años, Brasil quemó 185,7 millones de hectáreas, un área equivalente a los territorios de Colombia y Chile juntos, o 21,8% del territorio nacional. Así lo revelan los datos de MapBiomas Fogo, mapeo que contabilizó el área consumida por incendios forestales entre 1985 y 2022 a partir de imágenes de tres satélites Landsat.

"Con esta serie histórica de datos sobre incendios, podemos entender el efecto del clima y de la acción humana sobre las quemas y los incendios forestales", explica Ane Alencar, coordinadora de MapBiomas Fogo y directora de Ciencias del Instituto de Investigación Ambiental de la Amazonia (IPAM).

A partir de las imágenes generadas, se rastreó la acción del fuego en todos los tipos de uso y cobertura del suelo del territorio brasileño. Según los resultados, el Cerrado y la Amazonia fueron los biomas más afectados, correspondiendo a cerca del 86% de la superficie quemada.

En el Cerrado se quemó un promedio de 7,9 millones de hectáreas/año, es decir, una superficie equivalente al territorio de Escocia cada año. En el caso de la Amazonia, el promedio fue de 6,8 millones de hectáreas/año. Cuando se analizan las proporciones de áreas quemadas dentro de los biomas, el Pantanal fue el más afectado: el 51% de su territorio fue consumido por el fuego en ese periodo.

Cobertura afectada

Según el análisis, más de dos tercios (68,9%) de los incendios se produjeron en vegetación autóctona, aunque la proporción varía según los biomas. Los campos y las sabanas, por ejemplo, son tipos de vegetación nativa más afectados, mientras que la Amazonia y la Mata Atlántica registraron mayor incidencia de incendios en áreas antrópicas, es decir, alteradas por el hombre, como las zonas de pasto.

"El fuego sólo es malo cuando se usa de forma inadecuada y en biomas que no dependen de él para mantenerse, como la Amazonia. En biomas como el Cerrado, el Pantanal, la Pampa, el fuego tiene un papel ecológico y debe gestionarse correctamente para que no se convierta en un agente de destrucción", explica la experta.

Frecuencia e intensidad

Aunque los incendios sean naturales en algunos ecosistemas, los datos muestran que la frecuencia e intensidad del fuego viene aumentando en los últimos años, debido a la deforestación y al cambio climático, los cuales influyen en las temperaturas e intensifican los periodos de sequía.

"Para ello, son importantes las prácticas relacionadas con la Gestión Integrada de Incendios, ya que pueden, mediante quemas prescritas y controladas, reducir la cantidad de material combustible y prevenir grandes incendios", afirma Ane.

Los datos cartográficos completos pueden consultarse gratuitamente en la plataforma MapBiomas, una organización que reúne a universidades, ONG y empresas tecnológicas.