Río 2016: Yudoca Rafaela Silva supera la depresión y se cuelga la medalla de oro
La medalla de oro que se colgó el lunes (8) la yudoca brasileña Rafaela Silva, el primer oro de Brasil en los Juegos Olímpicos, marcó el final de un ciclo que comenzó el 30 de julio de 2012. Considerada como favorita al oro en los Juegos de Londres, Silva fue eliminada en los octavos de final ese día. Para empeorar las cosas, fue víctima de insultos racistas por parte de internautas descontentos con la derrota.
Los días siguientes fueron los más difíciles para la atleta. Después de ser llamada “mona” y leer que “era una vergüenza para su familia”, tomó una decisión: parar de luchar. La decisión sorprendió a muchos, pero no a su padre. Luiz Carlos da Silva sabía lo que necesitaba su hija. “Estaba disgustada. No por la derrota, sino por los insultos”.
Ese cambio no pasó inadvertido por las personas del instituto Reação, que promueve el deporte entre niños en situación de riesgo en favelas como Cidade de Deus, donde vive Rafaela.
“Hubo una época en que ella no entrenaba. Iba al gimnasio solo para ver los entrenamientos, pero no participaba en ellos. Cada vez que acudía al entrenamiento, veíamos que estaba a punto de llorar, y que no quería entrenar. Le decíamos que en 2016 [las Olimpiadas] serían en Río. Hicimos todo lo posible para que entrenara”, contó Bianca Gonçalves, yudoca del instituto y también amiga de Rafaela.
Psicóloga
Al tiempo, Rafaela marcó en su cuerpo lo que sentía. Se hizo un tatuaje con la frase “Solo Dios sabe cuánto he sufrido y lo que he hecho para llegar aquí. Fue también después de los juegos de Londres que Rafaela se hundió en una depresión.
Las cosas empezaron a cambiar para mejor cuando surgió Nell Salgado, una psicóloga que trabajaba como voluntaria en Reação. Rachel, también yudoca y hermana mayor de Rafaela, arregló el encuentro entre las dos. Cuando le quedó claro qué esperaba del yudo, la atleta reanudó sus sesiones de entrenamiento.
“Todo el mundo sabe que no me gusta entrenar, pero ese fue un período en que me esforcé mucho. Entrenaba día, tarde y noche. Al día siguiente tenía el cuerpo dolorido, pero me prestaba al sacrificio. Salía llorando de los entrenamientos, pero valió la pena”.
Títulos
La “nueva Rafaela” comenzó a mostrar resultados muy rápidamente. En 2013, se convirtió en campeona mundial de yudo. El título le devolvió la confianza que había perdido despúes de la derrota en Londres y los mensajes ofensivos que recibió por internet. Respetada en el circuito de los artes marciales, solo le faltaba un logro: la medalla olímpica.
Para los Juegos de Río, deseaba una mejor suerte que en 2012. “Aquello me dejó una cicatriz. Vine a competir recordando lo que me pasó en Londres. Es un sentimiento que no quería experimentar de nuevo”.
Redes sociales
Para cerrar con broche de oro, solo faltaba responder al anónimo que erróneamente la tildó de incapaz. Cuando le preguntaron qué diría a su agresor, contestó: “No hace falta un mensaje. La medalla lo dice todo. No es el color o el dinero que te hace ganar una medalla, sino la voluntad, el arrojo y la determinación”, concluyó Rafaela Silva.
Traducción: Lucas Magdiel
Fonte: Río 2016: Yudoca Rafaela Silva supera la depresión y se lleva la medalla de oro