Protesta en Copacabana recuerda el asesinato de personas trans
En febrero de 2016, la travesti conocida como Cicarelli, de 36 años, fue muerta con crueldad en la ciudad de João Pessoa, con más de 20 puñaladas, pedradas, y aún tuvo la oreja cortada en una disputa de traficantes por un punto de drogas en la capital del estado de Paraíba.
En el Día de la Visibilidad Trans, que se celebró el domingo (29), Cicarelli fue una de las recordadas en una manifestación en la playa de Copacabana, zona sur de Río de Janeiro. Se clavaron en la arena 144 cruces negras, una para cada transexual o travesti muerto el año pasado a causa del prejuicio en todo el país, según una encuesta de la organización no gubernamental Red Trans Brasil.
De acuerdo con Tathiane Araújo, presidenta de la Red Trans Brasil, el número hace que el país sea uno de los campeones de muertes de personas trans en todo el mundo. Ella dijo que los homicidios reflejan la vulnerabilidad a que se sujetan esos individuos. La exclusión, explica, comienza en casa, cuando los padres se niegan a reconocer la identidad de alguien que no se identifica con el sexo asignado al nacer, lo que es el caso de las personas trans.
“La familia le cierra la puerta, la escuela le cierra la puerta en un momento crucial de la vida que es la adolescencia, y entonces la persona tiene dificultades para encontrar trabajo y por no tener calificaciones, lo que se convierte en un problema social. Debemos mostrar que la exclusión es nuestro principal factor de riesgo”, afirmó Tathiane, quien también señaló la falta de políticas públicas de inclusión para el grupo.
Educación
Marina Reidel, coordinadora general de Promoción de los Derechos LGBTT de la Secretaría Nacional de Derechos Humanos y representante del Ministerio de Justicia en la manifestación, reconoció que Brasil no es un país seguro para las personas trans y recordó la línea directa del gobierno para denuncias, el Marque 100. Sin embargo, según Marina, para acabar con la violencia contra personas trans se necesita educación, un tema que enfrenta dificultades en el Poder Legislativo.
“La violencia es un problema cultural. Yo, como profesora, reconozco que la educación necesita ser repensada en este sentido, pero tuvimos dificultades, el año pasado y el anterior, de discutir con los legisladores, y las cuestiones de género quedaran fuera de los planes de educación.” Marina, una mujer trans, también considera que faltan servicios para la población en los estados y municipios.
Traducción: Leonardo Vieira
Fonte: Protesta en Copacabana recuerda el asesinato de personas trans